jueves, 28 de septiembre de 2017

El mito de las plantas que favorecen los incendios ¿realidad o ficción?

>>>Debate/Opinión/Divulgación

Ríos de tinta se han escrito en prensa y en informes "de parte" sobre el peligro que las plantaciones suponen en la frecuencia e intensidad de los incendios. Incluso he llegado a leer y discutir en redes sociales con personas o entidades que piensan que las repoblaciones de pinos que se realizaron para restaurar terrenos degradados o proteger cuencas de la erosión son las causantes de los incendios forestales. En esta entrada me propongo dar mi visión del asunto con el ánimo de ofrecer algo de información sobre lo que la ciencia dice al respecto de esto mitos ¿qué hay de cierto o de falso en considerar que determinados tipos de bosques "favorecen" los incendios? ¿Existe una relación entre el tipo de bosque y el régimen de incendios que genera? Si así fuera ¿debemos proponer su erradicación, sustitución progresiva o debemos proponer medidas para reducir la vulnerabilidad a dichos incendios para conservar estas masas?

Fuente

Los que sois seguidores del blog ya sabéis mucho sobre el concepto de inflamabilidad, cómo árden las plantas y cómo se comporta el fuego en el monte, que depende también de otros factores importantes como la meteorología y la topografía. Dicho por delante que TODAS las plantas arden ¿existe algún tipo de "selectividad" a escala paisaje que haga que determinadas estructuras de vegetación ardan más que otras? Esta es una cuestión que nuestros vecinos portugueses llevan preguntándose bastantes años puesto que tienen una alta proporción de masas forestales ocupadas por plantaciones de eucalipto y piñeiro bravo (pino negral o resinero), sobre todo en la mitad norte del país vecino. Aunque existen algunos antecedentes de estudios en los años 1990s, es en 2005 cuando aparece el estudio científico más "sesudo" en la península donde se intenta testar la hipótesis de que el tipo de uso del suelo y las especies que lo ocupan condicionan la superficie afectada por los incendios. Pues...sorpresa, sorpresa, son las masas de matorral mediterráneo las que mostraron una "selectividad" significativa a la mayor superficie afectada por los incendios. El análisis de los datos de las plantaciones de eucalipto mostró que, en la mayoría de los casos, la afectación era similar a otros tipos de bosques, incluidos los "autóctonos" y en otros casos era incluso significativamente inferior, según los autores porque las plantaciones bien gestionadas son modelos de combustible poco inflamables, siendo peligrosas sólo cuando se abandonan o tienen una gestión poco intensiva que favorece la proliferación de matorral bajo las copas. Estos resultados se han ratificado en estudios posteriores utilizando otras metodologías, con lo que aumenta la robustez de las conclusiones.

Los matorrales presentan la mayor selectividad a los incendios.
Para aumentar la controversia, en una de las entradas del blog de Juli Pausas, se sugería que existió una selectividad de los incendios de Chile del pasado verano austral hacia las plantaciones de eucalipto en comparación con el bosque nativo. Se apuntaba también a que la mayoría de la flora del bosque nativo chileno no ha evolucionado con el fuego, con lo que está compuesto por plantas que no presentan, en general, adaptaciones a regenerarse tras los incendios. Muchos autores estudiosos de la ecología del fuego, sostienen que las características de las plantas que hacen aumentar su inflamabilidad son verdaderas adaptaciones genéticas, consecuencia de su régimen natural de incendios, esto es, las plantas tienen hojas finas, alto contenido en compuestos volátiles y se desecan en verano porque "están preparadas para arder" y regenerarse tras los incendios en mejores condiciones que sus competidores. Por el contrario, las especies con pocas o nulas adaptaciones a los incendios no tienen estas características y en general "arden mal" o generan estructuras de bosque que arden con más dificultad (estrategia evasiva). Hay otros autores que asumen que esto puede ser así en algunos ecosistemas con una frecuencia de incendios muy marcada, pero que, en general, las plantas en el ámbito mediterráneo tienen una estrategia de "apostar a todas las cartas", esto es, las mismas adaptaciones le permiten resistir o persistir a través de su progenie a una gran variedad de perturbaciones. Por ejemplo, la capacidad de rebrotar de muchas de nuestras especies sería una adaptación no solamente al fuego sino al pastoreo, la sequía, y a ataques de agentes bióticos que generen plagas y enfermedades. En un estudio reciente de nuestros compañeros del CIFOR-INIA, incluso se sugiere que la famosa serotinia del pino carrasco, la adaptación por la cual mantiene sus piñas cerradas a la "espera" del paso del fuego para abrirse, no es tanto una "adaptación" sino un rasgo de "plasticidad debida", entre otros factores al coste hídrico, que implicaría una apertura de piñas y por tanto liberación precoz del banco aéreo en épocas de sequía.

Las piñas serótinas del pino negral o resinero, generalmente en el tronco, no tiene "conexión" con el árbol y sólo se abren en caso de incendio o de temperaturas muy elevadas (mayores de 50ºC)

El pedúnculo de las piñas serótinas del pino carrasco lo mantiene en contacto con las ramas, generando la apertura de la piña no sólo al paso de un fuego sino cuando una sequía fuerte impide la hidratación de la piña. (Marrtín-Sanz et al. 2017). Este resultado hace replantearse muchas de las cuestiones sobre la serotinia y las características de las especies que favorecen su inflamabilidad como estrategia adaptativa.

En cualquier caso, los estudios a escala de rodal y paisaje, ponen de manifiesto que los estudios a escala de planta ofrecen una visión muy limitada del comportamiento del fuego en campo. De hecho, los trabajos mencionados sobre selectividad de tipos de usos y cobertura del suelo por los incendios, también ponen de manifiesto una cuestión de vital importancia: las relaciones encontradas NO implican una relación directa causa-efecto. Esto significa que la significación estadística de cierta selección de los incendios hacia determinados tipos de masas forestales no implica que sea la causa directa de los incendios sino que se debe investigar en cada caso por qué esas estructuras son más propensas al paso del fuego. Al igual que explicamos cuando hablamos de inflamabilidad de las especies, que es un concepto relativo y que depende en qué condiciones las comparemos, para explicar la inflamabilidad de los tipos de vegetación ocurre algo parecido ya que también es un concepto relativo ¿es igual de inflamable una plantación de eucaliptos en producción que la misma plantación abandonada? ¿es igual de inflamable una masa de pinar de 30 años que una de 100 años? ¿es igual de inflamable un encinar "matorralizado" que una dehesa de encina? Os he puesto esos casos extremos para que os deis cuenta que la estructura de la masa es una de las razones fundamentales de su inflamabilidad a escala de rodal y paisaje. Esa estructura es lo que determina lo que los especialistas en incendios denominamos "modelos de combustible" que no dependen de la especie sino de la cantidad y la forma en que se organiza la biomasa disponible para el fuego.

Entonces ¿qué determina la estructura de las masas? Os podría aburrir con una "chapa" sobre las calidades de estación, el tipo de suelo, las características genéticas de las especies y la estructura de los ecosistemas, bla, bla, bla,...pero en nuestros ecosistemas intervenidos desde hace milenios lo que hace que determinados bosques tengan una estructura más o menos propensa a los incendios es fundamentalmente el manejo histórico y presente que se haga de ellos o, en el escenario actual, la ausencia de dicha gestión. Así por ejemplo, hay que ser conscientes que la gestión de las plantaciones (pinos, eucaliptos) es a turnos cortos, esto es, se gestionan masas jóvenes de pinos y eucaliptos porque el objetivo es que ofrezcan rentas a sus propietarios cada 10-20 años o incluso menos en algunas plantaciones orientadas a biomasa. Las masas jóvenes y densas de cualquier especie presentan una estructura muy inflamable, por tanto serán paisajes que siempre presentarán alto peligro de incendios, no porque los provoquen, sino porque el objetivo principal de la plantación (producir madera) presenta ese grave inconveniente si se gestionan en un ambiente con alta frecuencia de incendios. Algo parecido podríamos decir de las repoblaciones jóvenes. La repoblaciones, ya sean productoras o protectoras, que se realizaron a lo largo del siglo XX ya nos advirtieron sus promotores sin saber nada del cambio global, que iban a estar sometidas a una fuerte presión de los incendios y que por tanto se deberían tomar las medidas oportunas para su protección mediante una adecuada selvicultura preventiva. En muchas de estas repoblaciones estas medidas no se han tomado, dejándolas "a su suerte", en una ambiente en ocasiones muy alejado de su óptimo natural y a densidades muy altas porque se tenía previsto dosificar la competencia a medio plazo mediante clareos y claras que NO se han efectuado o se han hecho a destiempo, generando mortalidad en las masas, decaimientos, ataques de insectos y con ello acumulación de biomasa muerta ¿de quién es la culpa entonces de la estructura actual de algunas de nuestras repoblaciones? ¿del pino o de la ausencia de política forestal? ¿Son entonces las repoblaciones con pinos la "causa" de los grandes incendios o lo es la ausencia de planificación a escala paisaje? ¿En serio estamos diciendo que debemos renunciar a la futura formación de bosques en 2 millones de has repobladas con el "escusa" de que generan alto peligro de incendios? ¿Qué creéis que es más barato, aplicar selvicultura a estas masas para adaptarlas al cambio climático o empezar de cero con restauraciones "a la carta" tras grandes incendios?

Las repoblaciones de Pinus sylvestris en Sierra de Baza al límite de su estación y sin gestión están generando un grave riesgo de desaparición de estas masas y un alto peligro de incendios forestales Fuente

¿Por qué los Quercus arden menos y se han presentado por algunos como la panacea de la protección frente al fuego? Qué duda cabe que entramos en un tema polémico que ha enfrentado a forestales y biólogos durante mucho tiempo por obra y gracia de la fitosociología. Como muchos de vosotros/as sabéis y se ha comentado en este blog, los pinares se han presentado como etapas de degradación de los encinares y robledales mediterráneos en las famosas series de vegetación potencial. Esta "idealización" de las agrupaciones de las plantas y estadios de evolución hacia un hipotético "clímax" siempre suele terminar en un bosque de quercíneas, De ahí que en el mundo del ecologismo (más que en el de la ecología) se hayan sacralizado los Quercus en detrimento de los pinares, por otra parte también autóctonos en nuestro país, como demuestran numerosos estudios paleobotánicos. En la monografía del INIA de Antonio Vázquez de la Cueva (2016) sobre el régimen de incendios en España en el período 1974-2010 se pone de manifiesto que las masas de Quercus han sido mucho menos afectadas por incendios que los pinares, eso no quiere decir que no ardan claro. El autor no entra en explicar las razones y no creo que nadie tenga una respuesta contundente y única puesto que, en mi opinión, se debe a un conjunto complejo de factores que, en su mayoría, tienen más que ver con la gestión forestal que con la inflamabilidad de estas especies, aunque no haya que descartar ninguna hipótesis. En el último artículo en el que he colaborado, hemos demostrado que los compuestos orgánicos volátiles explicarían entre un 20% y un 40% de la inflamabilidad de las plantas, lo que avala la hipótesis de que los Quercus "arden menos" que los pinos puesto que son especies que emiten estos compuestos pero que no los acumulan en sus órganos internos como las coníferas. Sin embargo los resultados de laboratorio no siempre son aplicables a campo y estos resultados hay que tomarlos con prudencia. Son también abundantes los testimonios de forestales que observan más incendios de copa en masas de coníferas que en frondosas, incluso aunque éstas se dispongan en masas densas, por tanto, aunque parece que es un "run-run" que está ahí lo cierto es que no hay pruebas científicas aún que demuestren que eso sea cierto. Para lo que sí que hay abundantes pruebas es que es la estructura y la biomasa disponible en los bosques lo que determina su inflamabilidad y por tanto su susceptibilidad a la propagación del fuego, partiendo de la base que en incendios muy intensos todo arde hasta donde se acabe el combustible disponible.

Período de rotación de incendios para las principales especies forestales españolas en el período 1974-2010
(Fuente: Vázquez de la Cueva 2016)
Nota: Período de rotación es el número de años necesarios para quemar una superficie equivalente  de cada especie en la cuadrícula de referencia de 10 Km x 10 km de la BDIF del MAPAMA de la que se han obtenido los datos de frecuencia de incendios y superficies de afectación

Después de conocer esta información ¿creéis que las plantas "favorecen los incendios" o que, por el contrario, el enfoque es que hay masas más "vulnerables a los incendios"? ¿son realmente peligrosas las plantaciones de pino y eucalipto? ¿Debemos invertir en mantener nuestras repoblaciones protectoras y productoras, debemos tender a conseguir masas de Quercus o masas mixtas? ¿Qué hacemos con nuestras repoblaciones monoespecíficas? ¿Es mejor invertir en selvicultura o en restauración? ¿Diversificamos, mantenemos o no hacemos nada? ¿qué hacemos con las grandes superficies de matorral? Sé que son muchas preguntas pero lo hago a propósito para suscitar debate y para haceros ver lo complejo de la protección de nuestros montes a los incendios que no se resuelve con recetas simples y de respuesta única.

Espero que esta disertación haya ayudado a aclarar algunas dudas y generar otras, objetivo fundamental de estos debates. Es vuestro turno.


27 comentarios:

  1. Muchísimas gracias por este artículo. Ejemplo de que todo no es blanco y negro, y dejar claro que las masas de pinos o de eucaliptos no arden más por la especie sino por su estructura.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por tu apoyo y por la inmensa labor que haces de divulgación

      Eliminar
  2. Gracias por esto. Ahora intentaré enriquecer algunas cosas:

    En los análisis que hemos intentado sobre los resultados (ver lo que ha ardido y conjeturar como de susceptibles son determinadas ocupaciones del suelo para arder) no hemos podido llegar a conclusiones relevantes, por entre otras las siguientes circunstancias.

    1) Cuando se analiza el conjunto de los incendios de una temporada o varias el conjunto viene alterado por dos circunstancias :
    Muchos incendios pequeños donde lo que arde viene determinado por el punto de inicio y cuando se trata de incendios de origen antrópico ese punto de inicio es "elegido" o condicionado por una actividad humana.
    Por otro lado los Grandes Incendios acaban recorriendo el territorio de manera indistinta quemando lo que hay en proporciones similares a las que hay en el territorio.
    Solo a partir del análisis de un rango de incendios intermedios se podría aislar el valor "selectivo".

    2) Lo que efectivamente queman nuestros incendios está influído por la actividad de control y extinción del incendios y aspectos como "el valor", "la seguridad", "la accesibilidad", "la posición topográfica", "los medios disponibles" ... por eso arden pocas gasolineras aunque sean muy "a priori" inflamables y el concepto valor/riesgo determina que partes se dejan arden y donde se combate o se establecen áreas de control.

    3) las distintas especies no se sitúan aleatoriamente en el territorio ni podrían vivir indistintamente en las mismas condiciones. Especies que solo pueden vegetar en determinadas condiciones de humedad edáfica arderán menos que aquellas que viven en áreas elevadas con poco suelo y pueden sobrevivir a sequia prolongada (incluso manteniendose en condiciones de baja humedad). A veces comparar como arderían especies que no pueden vegetar en el mismo lugar no puede más que ser un ejercicio que nos lleve a la melancolía.

    4) El efecto de la gestión (que ya ha sido suficientemente comentado)

    5) El efecto que en nuestro análisis tienen la información sobre la vegetación (mapas forestales o de ocupación del suelo) que van a condicionar las conclusiones del análisis en función de las categorías en las que se encuentre. Muy importante al hablar de mezclas o de especies de distribuciones menos homogéneas (incluso por su origen menos artificial).



    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De acuerdo en todo. Sólo puntualizar que en el estudio comentado en Portugal se demuestra que efectivamente la selectividad es nula en grandes incendios y sólo en los pequeños y medianos se observa una selectividad significativa para los matorrales, esto es, se queman en mayor proporción que ocupan

      Eliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Dices "Las masas jóvenes y densas de cualquier especie presentan una estructura muy inflamable" hay notorias excepciones y una de ellas es los primeros años del monte bajo denso de eucalipto (o incluso brinzales en clase de edad de monte bravo densas) antes del cambio de hoja. El contenido en humedad y la proporcion biomasa verde / biomasa muerta es tan grande que es poco inflamable.
    (también pasa en masas de acacias)
    VER este ejemplo (menos publicitado que alguna fotos de arboles caducifolios en vaguada junto a casa) ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, quizás ese comentario estaba pensando más en coníferas para resaltar la vulnerabilidad de los montes bravos y latizales de estas masas y en Quercus pensando en los años de diferenciación social de los chirpiales. Y quería resaltar no tanto la proporción vivo/muerto como la biomasa total disponible (elementos finos muy en contacto con combustibles de superficie) en estas edades

      Eliminar
    2. recuerdo que tiene comportamiento invasor después de un incendio

      Eliminar
    3. El eucalipto se regenera bien después del fuego porque tiene esa adaptación procedente de su hábitat natural en Australia, pero no se reconoce como invasora en el sentido de que no "aumentan" significativamente su superficie tras el paso del fuego respecto a la de antes del incendio. La acacia se reconoce como especie invasora (incluso sin incendios) porque sí está aumentando su superficie en áreas sin gestión (abandonadas) donde compite bien con el pino, el eucalipto y otras frondosas.

      Eliminar
    4. Excepto cuando las avionetas de ENCE pasan por encima de las zonas quemadas regándolas con semillas de Eucalipto. Entonces sí que invade... En Galicia hace 100 años no había eucalipto y ahora no hay otra cosa.

      Eliminar
  5. sigo...

    Si las respuesta a la pregunta fuera trivial no hubiera hecho falta que Arellano, Vega, et al. hubieran tenido que publicar para responder a la pregunta solo 250 páginas descriptivas de decenas de modelos de combustibles considerando en cada uno de ellos numerosos escenario solo para Galicia"

    ResponderEliminar
  6. y para acabar (por ahora) una vez visto análisis como el de Pausas sobre la relación area ardida por grupo de especies (plantacion vs nativa) respecto a la ocupación de la misma en las distintas regiones de Chile me asalta la duda de si, en este caso, el análisis no debe hacerse en escalas inferiores a la región ya que la distribución de ambos tipos de vegetación (aquí los de la región del Maule - la más afectada en 2017) no es comparable ocupan áreas distintas (cordillera litoral vs pie de monte andino) de características distintas separadas además por la gran área agrícola y urbanizada

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente habría que contrastar estos datos a otras escalas. En el estudio comentado para Portugal los autores son muy concienzudos para ratificar la selectividad a escala incendio, esto es, estudian un Buffer de vegetación no quemada en el entorno de todos los incendios analizados. Aún así, y asumiendo que pueda existir selectividad (se quema proporcionalmente más superficie de la que ocupa cada bosque) nos queda la asignatura pendiente de analizar por qué. Los ecologos del fuego tienden a pensar que se debe al tipo de bosque pero es un debate que está abierto tal como has mostrado en los comentarios anteriores. Gracias como siempre por tus enriquecedoras ideas.

      Eliminar
  7. tras pasear por uno y otros bosques, diria que los bosques de pinos y eucaliptos son mas secos basicamente por que dan menos sombra y una cosa lleva a la otra... no es que provoquen fuego ni cosas de esas es que como por ejemplo el eucalipto una vez que se apaga el incendio nacen un monto de eucaliptos pequeños tambien pasa con las mimosas y conquistan mas terreno

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como digo en el comentario anterior las mimosas sí son invasoras, los eucaliptos son poco invasores, de hecho en muchas áreas sin gestionar las plantaciones estás siendo desplazadas por el abedul y otras frondosas (por ejemplo Fragas de Eume). Sí es cierto que en un escenario de abandono rural e incendios cada vez más intensos podríamos ver un aumento local del eucalipto, pero aún es poco significativo.
      Está claro que especies como el castaño y el roble, de hoja ancha durante el verano, generan unos ecosistemas de mayor sombreado y por tanto con poco a nada de matorral bajo las copas (también menos diversos desde este punto de vista). Es lo que llamamos modelos de combustibles de hojarasca bajo arbolado que son los menos peligrosos desde el punto de vista de los incendios. No obstante, con la gestión adecuada, esta misma estructura también se puede conseguir en masas de pino y eucalipto. De igual forma podemos encontrar áreas de robledal degradado o en proceso de regeneración que nunca llegará a convertirse en bosque maduro por la alta frecuencia de incendios, sobrepasotoreo o cortas, generando modelos muy peligrosos similares al matorral denso. No todo es blanco o negro.

      Eliminar
    2. Ávidos de respuestas sencillas, a los periodistas les encanta este debate (recalificación del suelo por ley de montes, eucaliptos malos, etc.) y son propensos a explicar el fenómenos incendiario desde esta óptica. Lo que parece cierto es que la inflamabilidad es más alta, aunque este parámetro dependa de Tº y estructura de la vegetación. Hay más luz, más sequedad del suelo, más compuestos volátiles y más matorral. Entendiendo el debate técnico, las diferentes situaciones posibles y otros aspectos expuestos en este post, lo cierto es que los paisajes dominados por masas maduras y sin gestión de eucalipto y pino en entornos mediterráneos tienen muchas papeletas, y la estadística sirve tanto para afirmar como para rebatir el dato. En una respuesta anterior afirmas "no se reconoce como invasora en el sentido de que no "aumentan" significativamente su superficie tras el paso del fuego". Y en esta respuesta dice "los eucaliptos son poco invasores". ¿Son invasoras tras el fuego, pero menos que la acacia?

      Eliminar
    3. Podemos decir que regeneran muy bien tras el fuego y por tanto compiten muy bien con el resto de las especies para regenerar la superficie que ocupan, aunque no son tan eficaces para colonizar parcelas contiguas, máxime si están gestionadas. En un escenario de abandono rural y aumento de frecuencia de incendios sí es posible que hubiera un aumento de superficie de eucalipto de manera espontánea pero eso que yo sepa no se está produciendo de forma tan acusada como sí está ocurriendo con la acacia.

      Eliminar
    4. Y aquí una visión muy ilustrativa de Luis Gil http://www.efeverde.com/blog/creadoresdeopinion/a-retorta-eucaliptos-y-la-sombra-de-los-arboles-por-luis-gil/

      Eliminar
  8. En este artículo de Campo Galego se han recogido muchas de las ideas de esta entrada http://www.campogalego.com/forestal/arde-mais-o-eucalipto-que-outras-especies/

    ResponderEliminar
  9. Esto vale...pero la cuestión ès...los incendios son intencionados ...porqué y por quien...es fácil seguir el rastro del dinero..ver quién se beneficia...pirómanos hay alguno..pero quién los pone de acuerdo para provocar más de doscientos incendios en un sólo día ?...eso es lo que hay que resolver ya...todo lo demás que se expone es válido.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Existe una red de narcotraficantes dedicada a ofrecer drogas en todas las grandes poblaciones de España?
      No, no existe, pero sí es posible adquirir ilegalmente drogas en cualquier gran población de España.
      Ocurre igual con los incendiarios en Galicia. Hay multitud de personas disperas por el territorio con voluntad de provocar incendios, la diferencia con los narcotraficantes es que mientras estos pueden realizar su actividad delictiva en cualquier momento, esos incendiarios deben realizarlo en aquellos momentos en los que los incendios van a alcanzar mayores dimensiones, ya que si provocan los incendios en otros momentos, los servicios de extinción pueden llegar a controlarlos, con lo que no consiguen su objetivo.
      De ahí estas olas de incendios, todos esos incendiarios aprovechan el mismo momento para provocar los incendios, aunque no haya una coordinación previa entre ellos.

      Eliminar
    2. Totalmente de acuerdo. Es un reto judicial (conseguir detener a algún culpable de estos delitos) pero sobre todo es un reto social. Tendremos que preguntarnos como sociedad cómo resolver el comportamiento incendiario con medidas que no pueden ser exclusivamente represivas ya que estos comportamientos antaño permitidos socialmente, con el cambio global (abandono rural, cambio climático y contacto del bosque con áreas urbanas) comprometen la seguridad de muchas personas y presentan resultados de muerte como en Galicia y Portugal

      Eliminar
    3. Yo niego la mayor. La inmensa mayoría de incendios no son obra de pirómanos. Y mucho menos de madereros. Las 2/3 aprox. de los incendios tienen su origen en prácticas agrícolas y ganaderas (y cinegéticas) muy arraigadas en la población rural. Y encima, con la progresiva despoblación y envejecimiento, se hacen esos fuegos "tradicionales" cada vez más por personas solas y debilitadas (menos capaces de apagar los fuegos por sus medios).

      Al final, las oleadas de incendios simplemente vienen porque en ciertas condiciones meteorológicas de todos esos fuegos "tradicionales" hay un mayor % que se convierten en incendio.

      Eliminar
    4. Efectivamente, en realidad el número de focos de ignición en 2016, 2017 y 2018 en las mismas zonas de Portugal y Galicia fueron similares en las mismas fechas, pero si se prende con Ophelia en marcha corren peligro los montes y sobre todo las personas. Lo que describes es lo que en el informe de la fiscalía sobre los incendios de 2006 se denominó "el síndrome del naufrago", un sentimiento de impunidad de las personas que quedan aisladas y abandonadas por la sociedad en las zonas rurales que se convierten en incendiarios sin ningún sentimiento de culpa porque, como los naufragos, asumen que pueden hacer todo lo que sea necesario para sobrevivir, entre otras cosas prender cuando lo consideren necesario. Difícil solucionar esto sin un trabajo social intenso en las zonas rurales para, al menos, reducir el número de focos de ignición. La experiencia reciente de ir a quemar con ellos con las BRIF en las comarcas donde se ha planificado ha sido buena. Quizás sea una opción de futuro si se gestiona adecuadamente. Gracias por participar en el debate. Saludos

      Eliminar
  10. Cuidar los montes. Se debe acabar con el ansia de la repoblación y esforzarnos en una gestión rentable del monte. Buena disertación

    ResponderEliminar
  11. Discrepo muchísimo en el tema del sombreado. En un bosque de eucaliptos hay tanta sombra como en cualquier otro bosque (lo medimos cuando querais).
    En Galicia, en el rural, el abedul tiene también fama de ser muy inflamable, antes se utilizaba su corteza en las cocinas para encender fuego, y, de hecho, Bear Grills enciende fuego con corteza de abedul en el Caucaso, ¿ hay datos sobre la inflamabilidad de las masas de abedul?.
    Un saludo a todos y a todas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu aportación. Lls casos que comentas son ejemplo del paradigma que supone el estudio a nivel planta versus estudio a escala rodal o paisaje. Plantas o trozos de plantas que aisladamente son inflamables como el abedul, forma bosques poco inflamables porque sus ecosistemas suelen ser húmedos y cuya sombra impide la formación de matorral bajo copas con lo que posibles incendios lo serán de baja intensidad, al propagarse sólo por la hojarasca. Eso no quiere decir que sean ignífigos, bosques de abedul se quemas todos los años en Rusia, pero su propagación no suele subir a las copas y por tanto el impacto más importante suele ser sobre el suelo, ya que además son eapecies que rebrotan bien si el ejemplar muere. Que yo sepa no hay datos de inflamabilidad de abedul, nos lo plantearemos como reto caracterizar los ecosistemas de galería en el ámbito mediterráneo, sí me parece un tema interesante. Saludos y gracias por la aportación

      Eliminar

Comentario pendiente de moderación/This comment is pending for reviewing

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.