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Por José Javier Calvo del Solar
Dentro de la tendencia en la ultima década de normalización de las quemas prescritas y controladas como herramienta de uso común en la gestión integral de la superficie forestal, la región de Extremadura se ha unido a esta técnica de manera progresiva (aunque quizá no todo lo rápidamente y a la escala deseable) introduciendo en la legislación el empleo del fuego y llevándolo a la práctica a través del equipo EPRIF con sede en la ciudad de Plasencia.
Quema en la sierra de Madrigal de La Vera (Cáceres, España) ejecutada por la Fundación Pau Costa en el marco de un plan de prevención privado |
La región, como es de esperar, no es ajena a la tendencia de aumento progresivo de la "matorralización" de los espacios forestales, encontrándonos con problemas similares a otras regiones mediterráneas. Es en este orden de cosas, donde el empleo del fuego prescrito es más que bienvenido. De igual manera, Extremadura como otras tantas Comunidades Autónomas, emplea un gran presupuesto para su dispositivo de extinción, dejando un tanto por ciento bastante bajo para las labores preventivas. Es de nuevo en este punto donde las quemas entran en juego como forma de abaratar las labores para el manejo del creciente e inmenso volumen de matorral totalmente disponible para arder, en demasiadas ocasiones sin discontinuidad alguna.
Poco a poco, los planes de quema en el norte de Cáceres (Zonas de Alto Riesgo, ZAR, de Ambroz-Jerte y La Vera) han ido consiguiendo sus primeros objetivos: normalizarse, preparar al personal para su ejecución, concienciar a todos los elementos sociales y políticos de su necesidad (aunque como es normal aún existen detractores, se puede considerar como un objetivo cumplido) e ir ampliando la superficie y complejidad de las propias quemas.
Los resultados obtenidos son bien tangibles, obteniendo las primeras líneas de discontinuidad en zonas totalmente abandonadas, generando superficies explotables por los ganaderos, consensuando con propietarios la quema prescrita para un mejor aprovechamiento de todas las partes, entrenando y preparando al operativo en el uso del fuego prescrito y algo poco mensurable pero bien visible: la sensación de excelente acogida por parte de los habitantes, propietarios y usuarios. De entre todos ellos destacamos el enorme descenso o total eliminación de los incendios provocados en aquellas zonas en las que el EPRIF ha intervenido consensuando la ejecución de quemas con ganaderos y propietarios. Zonas tan sensibles y recurrentes en incendios como es el municipio de Piornal, pasó de sufrir constantes incendios verano tras verano (y por supuesto curiosamente siempre en las mismas localizaciones) a quedar como un mal recuerdo en el operativo de extinción.
La ultima novedad legislativa en cuanto al empleo del fuego prescrito en Extremadura ha sido la apertura de la posibilidad a los propietarios particulares de realizar de manera autónoma planes de quemas en sus terrenos, dentro de un plan general de prevención de incendios y ordenación de la superficie forestal. Estos planes deben ser revisados, autorizados y monitorizados por la Administración (por supuesto, redactados por profesionales) debiendo estar presente en la ejecución de la quema, al menos, un representante de esta Administración con conocimientos suficientes en cuanto al manejo del fuego y con potestad para detener o modificar la quema si así lo cree conveniente. Así pues el propietario debe correr con los gastos de la quema, debiendo disponer de todo lo necesario para su preparación, ejecución, control y capacidad para hacer frente a posibles escapes. Como es normal, ningún propietario dispone de todos estos medios por lo que se hace necesario buscar opciones en el mercado en forma de empresa u organización capaz de ofrecer estos servicios. Es aquí, llegados a este punto, donde la discusión queda abierta ¿ejecución pública o privada? ¿ambas tendrían cabida en un modelo mixto?
En primer lugar se abre la posibilidad, si esta práctica se generalizase de manera suficiente, de la aparición de un nicho de negocio para empresas u organizaciones existentes con capacidad, experiencia y medios para ofrecer el servicio, o bien por la aparición de especialistas en este nuevo sector forestal que fueran contratados por empresas del sector. La inversión podría ser grande, pero repetimos, en caso de normalizarse la situación, podrían existir serios beneficios empresariales. El estudio de mercado esta abierto a aquellos emprendedores con conocimientos en el tema.
En segundo lugar, se plantea la duda sobre la razón de ser de los equipos EPRIF y los operativos profesionales y altamente cualificados en el empleo del fuego prescrito. Si disponemos en Extremadura (al menos para la zona norte) de un equipo EPRIF y un dispositivo que ha alcanzado una muy buena preparación en cuanto a las quemas ¿por qué no encargar a ellos la vigilancia y ejecución de estos planes particulares? Se puede argumentar que el equipo se encuentra limitado por el numero de componentes, bien, ¿pero en cuanto al operativo? No es disparatado pensar en la creación de una tasa o coste de operación para el propietario y que fueran las propias unidades y técnicos de la Administración quienes realizasen estos trabajos, pudiendo revertir los posibles beneficios económicos al presupuesto general de prevención. La administración dispone de todos los medios necesarios, sin necesitar inversión extra y por lo tanto no sufriendo costes de amortización de equipos, y medios humanos ya contratados, por lo que la inversión en formación y nóminas tampoco supondría un problema.
Quemas de formación del personal BRIF e INFOEX en la finca Granadilla (Cáceres) |
Por supuesto que esta discusión no es siquiera abordable mientras que la deseada generalización por todo el territorio y en numero creciente no se alcanzase. Los beneficios obtenidos en el caso de las Zonas de Alto Riesgo del norte cacereño, donde actúa el equipo EPRIF, son suficientes como para plantear su extensión a todo el territorio extremeño, en particular en el resto de zonas ZAR, sobre todo donde el denominador común con el norte de Cáceres es la complicada orografía que hacen muy poco rentables los tratamientos selvícolas ordinarios (aunque a estas alturas la quema prescrita y el uso del fuego debería de ser ya algo ordinario) y la reiteración de incendios intencionados, como por ejemplo las comarcas de Gata (ZAR Gata-Hurdes), Ibores y Villuercas. Tampoco sería nada descabellado aumentar la plantilla del EPRIF, crear un nuevo equipo o simplemente dar atribuciones similares al personal técnico forestal de la Administración Autonómica, formándolos, de ser necesario, en esta técnica.
En cuanto al modelo de gestión del “fuego prescrito privado”, los beneficios de una ejecución privada o publica son diferentes y, a priori, poco compatibles: la ejecución publica no precisaría de viabilidad económica y beneficios, mientras que la privada necesariamente sí. Sin embargo, la creación de puestos de trabajo y actividad económica aporta un plus a la ejecución privada, si bien al final el gran ganador, de generalizarse estas practicas, será nuestro más que "matorralizado" monte, ya que toda acción que contribuya a la gestión debe ser bienvenida, dentro de la tendencia a seguir aumentando los presupuestos de extinción en detrimento de la prevención.
Jose
Javier Calvo del Solar es Ingeniero Técnico Forestal, alumno del Máster Fuego Interuniversitario
en Incendios Forestales, Ciencia y Gestión Integral. Tiene 14 años de
experiencia en el ámbito de los incendios forestales en Extremadura y
actualmente trabaja como Jefe de Retén del Plan INFOEX, Extremadura, unidad
31/41 Navaconcejo
Claro que sí, gestión privada con quemas también. Y como todo lo que funciona bien cumpliendo las normativas necesarias pero no absurdas (que a veces se pueden llegar a imponer algunas muy absurdas, tengo ejemplos)
ResponderEliminarGracias Domingo, saludos
EliminarLa ejecucion de las quemas por parte de los privados...en nuestro territorio..provincia de La Pampa Argentina...hace mas de 10 años que la estamos desarrollando.
ResponderEliminarToda la actividad cuenta con la legislacion correspondiente y el soporte administrativo tambien.
Esta haciendo falta formar mas profesionales en estos temas...sobre todo con experiencia de campo
Gracias Carlos por tu aportación. Saludos desde España
EliminarCreo que primeramente habría que diferenciar entre quemas de matorrales y quemas bajo arbolado.
ResponderEliminarLas quemas bajo arbolado (siempre que no maten el arbolado, claro) son una herramienta más con la que gestionar y conservar esas estructuras de vegetación con la finalidad de que produzcan bienes y servicios que son útiles a toda la sociedad.
Las quemas de matorral, además de ocasionar daños en la mayoría de los casos, podrán producir beneficios a determinadas personas particulares, pero lo que no generan son beneficios al conjunto de la sociedad.
Además también existe la “paradoja de las quemas”, que consiste en que a más quemas (de matorrales) mayores y más graves incendios en el futuro.
Se debe al siguiente proceso: a más atención a las quemas (de matorrales), más recursos destinados a las mismas, menor posibilidad de transformar situaciones y usos insostenibles, menos recursos destinados a la gestión del arbolado, mayor abandono del arbolado, incremento de la acumulación de combustible y aparición de incendios de alta intensidad con consecuencias catastróficas que además están motivados por el mantenimiento de unos usos insostenibles que son los que se han estado fomentando a través de las quemas (de matorral).
A partir de eso, la participación pública o privada en la ejecución de las quemas, debería abordarse como el resto de cuestiones. Lo que repercuta en el conjunto de la sociedad (conservación de la vegetación, conservación del suelo, afección a la fauna, etc.) controlado por los poderes públicos y lo que no repercuta que se gestione privadamente. Aquello que genere beneficios al conjunto de la sociedad que sea fomentado y apoyado por los poderes públicos (ejecución pública de las quemas, subvenciones para ejecutarlas, etc.), sino genera beneficios a la sociedad, pero es sostenible (principalmente no provoca pérdidas de suelo), que se permita su ejecución, pero sin apoyo público, y aquello que no sea sostenible, que no se permita.
Miguel A. Villalba
Gracias Miguel Ángel. No estoy de acuerdo con algunas de tus reflexiones, sobre todo en diferenciar entre los beneficios sociales de quemas en matorral o bajo arbolado, ambas los tienes si se ejecutan y planifican adecuadamente en el espacio y en el tiempo. Lo que dices sobre la "paradoja de la quemas" podría ser cierto en determinados casos con alta ocupación del mundo rural donde las prácticas de las quemas sean abusivas, como es el caso de nuestra Cornisa Cantábrica y Galicia. Con todo, siempre será más ecológico (y por tanto con más beneficios sociales) quemar de forma controlada que de manera incendiaria sin los permisos pertinentes o sin la planificación y evaluación adecuada. La supervisión pública, en mi opinión, garantizaría la sostenibilidad del recurso, también en matorrales y pastizales, porque implicaría una prescripción con unos objetivos concretos, un reducción de impactos (vegetación, al suelo, a la fauna) y una evaluación posterior para ir mejorando las prescripciones. Lo explico mejor en esta entrada http://fuegolab.blogspot.com.es/2017/01/mi-carta-los-reyes-magos-frenar-los.html Saludos
EliminarLos bienes y servicios se producen por la existencia de la vegetación, principalmente arbolado (mejora del suelo, retención de CO2, recarga de acuíferos, etc.), si desaparece la vegetación desaparecen los beneficios.
EliminarEl problema principal se da en el NO de España más parte de la Cordillera Cantábrica, pero puede exportarse a otros lugares si no se ha exportado ya.
El principal problema de las quemas de matorrales para mantener usos que son insostenibles, es que en principio puede parecer que si de todas formas va a quemarse, mejor que se queme controlado. Si eso se plantea a un plazo de uno o de cinco años, el resultado es el mismo: se va a quemar igual cantidad de superficie y como toda la necesaria no se puede quemar de forma controlado, la que no se queme de una forma se quema de otra, por lo que los incendios intencionados siguen ocurriendo.
Pero si la solución del problema se plantea en un plazo de 20 años y a través de otras medidas, la realización de esas quemas de matorral lo que hacen es impedir que esas medidas puedan aplicarse, por lo tanto esas quemas no solo no contribuyen a la solución del problema sino que lo hacen a su perpetuación.
En primer lugar debo decir que la quema no "elimina" la vegetación, al igual que el desbroce, sólo es un método de gestión del combustible, al igual que el desbroce, de hecho es el método natural de gestión del combustible en ausencia de herbívoros https://www.researchgate.net/publication/7080937_Fire_as_a_Global_'Herbivore'_The_Ecology_and_Evolution_of_Flammable_Ecosystems
EliminarEn segundo lugar el uso pastoral y la caza son usos sostenibles y compatibles con nuestros ecosistemas desde siempre. El problema es que los incendios frecuentes están generando un escenario insostenible para el suelo, la erosión, la vegetación y las emisiones de CO2 como bien dices. Las quemas prescritas permiten regular la intensidad y severidad del fuego aplicado con técnicas contrastadas de ingeniería forestal y conocimientos en ecología de los ecosistemas manejados. En ningún caso una quema se puede equiparar a un incendio, sino más bien a un desbroce, de hecho los efectos ecológicos son similares. Esto evitaría gran parte de las quemas intencionadas porque los ganaderos tendrían pasto disponible de forma sostenible.
Con este tema no se llevan 20 sino 40 o más años intentando regular el uso del fuego o la sustitución por desbroces en muchas áreas con resultados dispares, pero en general fracasando en el intento, seguramente por falta de continuidad y medios en programas que se estaban mostrando eficaces como el plan 42 de Castilla y León. No digo que quemar sea la solución definitiva, decimos que es una alternativa eficaz para el manejo del matorral para ganadería y para el control de la carga de combustible en bosques que genera incendios menos severos en verano para nuestros ecosistemas (beneficios sociales y ecológicos) y menos intensos (seguridad para el personal de extinción y las áreas de interfaz urbano-forestal).
Hace tiempo ya que leí tus extraordinarias reflexiones y propuestas, Jose. Hay que seguir ahondando en ello. Ahora te felicito y te mando un abrazo. Ah! y también creo justo reconocer el vanguardismo, con sus nuevas medidas respecto del uso del fuego del INFOEX.
EliminarOs dejo aquí transcritos los comentarios sobre esta entrada que se han subido a la página de FB:
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/FuegoLab.CienciaForestal/
EliminarSamuel Bohoyo: "Yo creo que sería bueno, pero siempre desde el apoyo y en coordinacion, con los profesionales de las quemas, y flexibilizar o agilizar los procedimientos administrativos, y teniendo como primer objetivo el estado ecológico o protector de la zona."
ResponderEliminarJonathan Rubio: "Interesantísima reflexión. Yo iría mas bien por la opción de publico pero gravándolo al propietario. Creo que es una buena forma de rentabilizar al máximo la inversión necesaria. Veo también que podría ser una buena opción de viabilidad para todo el año de efectivos de bomberos forestales"
ResponderEliminarCristi Mg: "La gestión privada en quemas debe ir de la mano de lo público, en mi opinion la opción mixta es buena, pero la administracion no creo q esté de momento por ese camino... hay que defenderla bien. Un servicio publico a quien lo solicite a cambio de un coste... aumentando en prevención que así todos salimos beneficiados, sobre todo el territorio que gestionamos. Es buena idea. Un saludo"
ResponderEliminarClau Trotamundos: " Gracias Jose Calvo del Solar. Pues yo veo, que tanto lo publico como lo privado tiene sus pros y contras. Por un lado, me parece magnífico que exista iniciativa privada, y más teniendo en cuenta que la administración cada vez es más restrictiva y ponen más pegas a la hora de realizar quemas. Como ocurre con la EPIF de Gredos, que apenas la dejan realizar su trabajo, y en los dos últimos años si no recuerdo mal no se ha quemado nada, a pesar de la gran necesidad que tiene este territorio. Por otro lado, creo que la administración debería ponerse las pilas, y contratar a gente. Porque como ocurre en Castilla y León, no hay una continuidad laboral, y con tres meses mal valorados y mal pagados no se puede sobrevivir. Desde mi experiencia, y siempre que puedo voy a quemas porque me gusta aprender y mejorar cada día, y me han ayudado muchísimo a la hora de afrontar los incendios en verano y valorar otros tipos de estrategias con fuego técnico."
ResponderEliminarKike de los Ríos: " Muy buenas!! Desde mi punto de vista, habiendo trabajado en la gestión de fincas privadas, solamente vería factibles este tipo de trabajos si estuviesen subvencionados, ya que el propietario particular no esta por la labor en invertir en la realización de trabajos que para él no le reportan un beneficio económico (hay casos demostrados en los que si). Por otra parte, me gusta la idea de la empresa privada, pero sería necesaria una gran inversión que repercutiría en los costes, aunque la empresa no tendría que ceñirse solamente a las quemas, también podría realizar labores de apoyo en la extinción. Una pequeña opinión así por encima, por que el tema tiene para echar un rato, jejje. Saludos!!!"
ResponderEliminarFuegolab: " Los objetivos de las quemas son muy diversos y asumimos que en las fincas privadas priman objetivos productivos más que de prevéncion, aunque el objetivo final ayude en general a la prevención de incendios. Objetivos muy típicos y que al propietario le suele costar dinero son la mejora de pastos para ganado doméstico y cinegetico, mejora de accesos, mejora de visibilidad, mejora de plantaciones y otros aprovechamientos no maderables (resina, fruto, setas, miel,...), todos ellos con beneficios para el propietario con lo que le puede interesar mantener su finca con quemas prescritas prácticas que abarata mucho los costes"
EliminarJose Calvo del Solar: "Quizás deberíamos buscar el punto Intermedio entre lo publico y privado, tal y como algunos opináis. El control no debe escapar nunca de la autoridad competente en cuanto a incendios, pero en cuanto a ejecución, siempre bajo ese control, y demostrando la "empresa" o el propietario que dispone de los medios y la formación (y el propio servicio de incendios puede ser, debería ser, el que formase al menos a los propietarios) se podría permitir la ejecución autónoma siempre q la quema no sea compleja o peligrosa. En el caso contrario, quemas complejas o con necesidades mayores, se dispondrían los medios del servicio, con la consiguiente "tasa" a cobrar. En cuanto a posibles escapes y daños para mi esta claro, el responsable sería el propietario y la empresa que ejecutase. Para ello siempre se podría disponer de algún tipo de seguro, q en este caso se me ocurre, se le podría exigir a la empresa en cuestión, junto a otros requisitos de formación y experiencia en el ámbito de los incendios y las quemas tal y como comenta Javier Madrigal"
ResponderEliminarFuegolab: " No veo yo a ninguna compañía de seguros asegurando estos trabajos a una prima razonable..."
EliminarJose Calvo: "Razón no te falta... pero igual que existen aseguradoras que cubren a los himalayistas cuando suben 8miles, con el riesgo extremo que supone, tambien podrian cubrir estos trabajos. Eso si, esta claro que seria en un escenario en el que, como pasa ya en el alpinismo, se generalizase la ejecución de quemas "privadas"."
EliminarFuegolab: " Os dejo mi opinión en el que voy a incluir otro elemento de debate: La acreditación. Antes de impulsar la posibilidad de una ejecución privada se debe impulsar un sistema de acreditación para delimitar qué profesionales pueden o no planificar y ejecutar las quemas. En Portugal eligieron este modelo y ha sido un pequeño "fiasco" porque la administración exigía una cantidad de horas de experiencia (has. Quemadas, como el modelo de los pilotos con las horas de vuelo) muy difícil de cumplir. Es un tema espinoso porque la responsabilidad civil en caso de contingencia ¿en quién recae? En ese caso y si tuvieran que acudir los bomberos profesionales ¿le pasamos la factura a la empresa? Si provoca un incendio accidentalmente ¿tendría que ir a juicio? Muchas incógnitas legales por resolver y posiblemente por legislar que se solucionaría con modelos públicos o mixtos en los que el equipo de ejecución siempre es público aunque se sé de cabida a la presencia de empresas privadas y propietario. Saludos!"
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