Esta es una historia de un artículo científico con introducción, nudo y desenlace, con momentos de tragedia, emoción, drama y final feliz (o no). Con personajes interesantes, sus relaciones de amor/odio, sus paranoias, obsesiones, sus tendencias a la euforia y a la depresión. Esta es una historia común a otras muchas historias pero única a la vez. Esta es una historia cualquiera de ciencia forestal.
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En el año 2015 (ya ha llovido en este blog) publiqué una serie de entradas sobre las cortezas y su relación con la resistencia de los árboles al fuego. En el post Sobreviviré expliqué conceptos más generales de las adaptaciones al fuego en base al espesor de las cortezas. Después escribí una trilogía sobre el alcornoque como especie emblemática con esta adaptación (Resistiré, No me seas alcornoque: el tamaño sí importa y El secreto está en la raspa). Por aquello de los azares de la vida, la muerte de varios ejemplares de pino piñonero en la finca del INIA en año 2016, donde trabajo como sabéis, nos ofreció la posibilidad de extraer rodajas de los árboles a diferentes alturas para saber cómo disminuye la corteza a lo largo del tronco y cómo puede ser determinante en la supervivencia del ejemplar al paso de un fuego de media y baja intensidad que no afecte demasiado a la copa. Las confluencias de los astros debieron de actuar cuando casi simultáneamente me viene un mensaje de Juan Picos (@Selvicultura @jpicos13) donde me plantea la posibilidad de hacer un trabajo fin de grado con Jennifer Souto, que se había venido a Madrid a vivir desde Galicia. Todo ello nos dio la posibilidad de realizar una serie de ensayos de laboratorio para determinar el espesor de corteza a partir del cual se puede considerar que la corteza protege los tejidos vivos y qué parámetros de la inflamabilidad influían más en dicha protección a altas temperaturas ¿es eso suficiente? Era un resultado que nos supo a poco.
Decidimos contarle a Rafael Calama (@rafacalama2), especialista en modelización forestal y especialmente en pino piñonero, qué conocía sobre modelos de espesor de corteza a lo largo de la altura del tronco de los árboles. Para mi sorpresa era un tema del que no había mucha bibliografía excepto para el alcornoque, ya que el calibre del corcho disminuye con la altura y por tanto es un valor de alto interés comercial. La colaboración estaba servida. Presentamos los resultados preliminares en el Congreso Forestal de Plasencia en 2017 y después de trabajar el documento decidimos enviarlo al número especial de International Journal of Wildland Fire que coordinaban Dani Moya (@DANIELMOYA_AB), Pete Fulé y Giacomo Certini. El resultado tuvo un final feliz con la publicación del trabajo en mayo de este año tras una concienzuda revisión de dos revisores/as anónimos y el editor asociado que ayudaron muchísimo a mejorar el artículo.
Un recorrido desde 2015 cuando publicamos la metodología de laboratorio hasta 2019 de más de cuatro años para obtener una publicación científica de calidad. No siempre es así pero en muchas ocasiones el destino hace que los artículos tengan su propia vida (nacimiento, desarrollo y finalmente publicación) que necesita sus tiempos de maduración. En esta ocasión tuvo además sus efectos colaterales positivos: la posibilidad que Jennifer obtuviera su grado en ingeniería forestal y su primer artículo científico, la primera colaboración con amigos personales de profesión y sobre todo la certeza de que un trabajo buen hecho suele tener un agradable desenlace. La exigencia que actualmente se pide a los doctorandos de publicar al menos 3 artículos en 4 años en muchas ocasiones choca con los tiempos necesarios para madurar una idea y ponerla en marcha, así como la posibilidad de que existan imprevistos o imponderables que retrasen el proceso.
Sin querer ser ejemplo de nada ni de nadie con esta historia quiero dejar constancia de varios aspectos de la ciencia, de la formación y educación:
1) Un trabajo fin de grado o fin de máster puede tener la suficiente calidad como para convertirse en un artículo científico pero necesita trabajo adicional de redacción y edición que difícilmente se puede llevar cabo en el tiempo que tiene el alumnado. Por tanto la implicación y compromiso de profesor/tutor y alumno/a son fundamentales para que el trabajo llegue a buen puerto- Es como cuando en "Una Historia del Bronx", el humilde padre conductor de autobuses (Lorenzo, interpretado por Robert de Niro) le repite a su hijo Calogero "no hay nada más triste que el talento desaprovechado". En muchos aspectos los investigadores somo los "progenitores" científicos de parte de nuestro alumnado, por tanto es una máxima que siempre tenemos en cuenta a la hora de animar a obtener un buen trabajo fin de grado o máster. Queremos ser los "Rober de Niro" de nuestros pupilos. A veces lo conseguimos y otras veces no...porque el poder de Sonny (Chazz Palminteri) es mucho más seductor: "estudia en la mejor universidad del mundo, la de la calle"
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2) El trabajo en equipo y si puede ser multidisciplinar suele tener mejores resultados que el individual. En nuestro caso el modelo generado por Rafael Calama fue fundamental para que el artículo pudiera tener aplicaciones prácticas de los resultados obtenidos en laboratorio.
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3) La paciencia por todas las partes es imprescindible porque la ciencia es una carrera de fondo, no un sprint tal como nos quieren hacer pensar nuestros responsables científicos. Se pueden plantear estudios y proyectos en 4 años e incluso publicaciones en corto plazo pero eso no implican resultados sociales de impacto si no existe continuidad de esas líneas de investigación. Lorenzo es el camino largo y difícil, Sonny el camino corto y con más prisa...hay que buscar el equilibrio para beneficiar a todas las partes y no siempre es fácil.
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Para no dejaros un sabor de boca "moraleja del abuelo" os he extraído la comunicación del 7CFE donde presenté la versión preliminar de este trabajo pero que en esencia es lo que se muestra en el artículo científico de IJWF. Espero que os guste al menos lo mismo que me gusta mi "Una Historia del Bronx"
Referencias:
Madrigal Olmo, J., Souto García J. , Calama Sanz, R., Guijarro Guzmán, M., Picos Martín, J., Hernando, Lara C. (2017) Inflamabilidad de la corteza y evaluación de la resistencia al fuego de Pinus pinea L. 7º Congreso Forestal Español. Disponible online Ref 7CFE01-169
Javier Madrigal, Jennifer Souto-García, Rafael Calama, Mercedes Guijarro, Juan Picos and Carmen Hernando (2019). Resistance of Pinus pinea L. bark to fire. Int J Wildland Fire 28 (5): 342-353. https://doi.org/10.1071/WF18118
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ResponderEliminar:)))) Un placer formar parte de la "banda"
ResponderEliminarsiempre me sentí representado por la intro de Ray Liotta en The Goodfellas
As far back as I can remember, I always wanted to be a gangster
Sois geniales!!
ResponderEliminarGracias! Seas quiene seas :-)
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