lunes, 16 de mayo de 2016

Jimi Hendrix que estás en los fuegos

Comportamiento extremo del fuego. Bajo esta denominación se engloban una serie de fenómenos de difícil definición cuya visión más ilustrativa la ofreció uno de los técnicos participantes en la encuesta realizada por el USDA Forest Service con el objetivo de preguntar a los expertos qué entendían por "Extreme fire behaviour": es como Jimi Hendrix poniendo el amplificador de su guitarra, se crece se crece y ya nadie puede pararlo. 


Fuente


De las muchas cosas que hay que imitar de la ciencia y la técnica en otros países yo daría prioridad a que en Europa se hicieran informes técnicos y recopilaciones de tan buena calidad como los "Reports" de las distintas secciones del USDA. Recientemente se ha publicado uno de esos informes del USDA Forest Service, denominado "Synthesis of Knowledge of Extreme Fire Behaviory es de acceso gratuito (como todo lo que hace USDA) para el disfrute (y la envidia) del resto del mundo. En este documento se nos pone en antecedentes del conocimiento actual sobre el comportamiento extremo del fuego.



Lo primero que plantean sus autores es la definición del concepto de fuego extremo. Después de mucho marear la perdiz, consultar a expertos y teniendo en cuenta la multitud de situaciones "extremas" presentes durante un incendio forestal, llegan a la conclusión que un comportamiento del fuego extremo es todo aquel diferente al comportamiento estacionario de un fuego de superficie, especialmente si implica incrementos rápidos de alguna de las variables implicadas (velocidad, intensidad lineal, aceleración, etc.) que haga que el comportamiento deje de ser aproximadamente constante. Efectivamente, los modelos de comportamiento del fuego existentes basados en el famoso triángulo del fuego (combustibles, topografía, meteorología), están desarrollados y por tanto son fiables exclusivamente cuando el fuego es aproximadamente estable, esto es, cuando mantiene una velocidad e intensidad parecida a lo largo de un frente de llama, lo que denominamos "estado estacionario" (steady-state of spread en la literatura anglosajona). Por tanto en incendios forestales nos hemos quedado en la primera Ley de Newton: "Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas sobre él". Esto es, los cambios en algunos de los lados del triángulo del fuego pueden hacer cambiar el movimiento uniforme del frente de fuego pero se asume que si estas variables no cambian el comportamiento del fuego es estacionario. Esta es por tanto la gran novedad de la definición de comportamiento del fuego extremo: no está basada en el triángulo del fuego sino en la necesidad de medir el concepto de "rápido", algo subjetivo pero que en otros campos como en el de los terremotos se ha resuelto con la escala Ritchter. Hay por tanto aún una ausencia de métrica que hace muy difícil la valoración de un comportamiento extremo del fuego. Aun así todos podemos estar de acuerdo que en fuego se ha comportado de manera "extrema". El reciente y mediático incendio de Fort McMurray ofrece multitud de vídeos e imágenes al respecto. 



Pero ¿hay alguna situación de meteorología, de combustibles o topografía que nos ayude a predecir la aparición de un fuego extremo? La triste realidad es que no y ya se dieron cuenta de esto nuestros maestros a mitad del siglo XX. Aunque se han descrito muchas situaciones en las que es "más probable" que aparezca un comportamiento del fuego distinto a un estado "estacionario", lo que estamos considerando como comportamiento "extremo", lo cierto es que se han descrito tantas excepciones a la regla principal que hace pensar a los expertos que no hay leyes en esto del comportamiento del fuego forestal, o que son tan complejas que nunca llegaremos a saberlo todo. Es cierto que fenómenos extremos que iremos explicando en siguientes entradas, se producen en determinadas condiciones...pero nadie puede afirmar que no se puedan producir en otras a las descritas hasta la fecha. Esa incertidumbre hace ser aún más prudentes en las labores de extinción y en la estrategias de ataque porque lo principal es proteger la seguridad de las poblaciones afectadas pero también la de los bomberos forestales.

Situaciones descritas por Byram (1954) en las que se podría generar comportamiento de fuego extremo...o no
(Fuente Werth et al. 2016
)

Estos pasados días en redes sociales, a propósito del mencionado incendio de Fort McMurray, se comentaba "si no se podía hacer nada", "si no se puede apagar con aviones" y frases parecidas que me hace pensar que el desconocimiento social de la energía que se produce en un incendio de este tipo es importante. Ello implica la incomprensión de buena parte de la sociedad de las dificultades para predecir su comportamiento y por tanto la inmensa y meritoria labor de elaborar una estrategia de ataque segura. Lo tengo que decir alto y claro: no hay incompetencia en la extinción de estos incendios, es IMPOSIBLE apagarlos. Si además estos episodios se producen en una zona de interfaz como la de Fort McMurray, la solución más razonable es evacuar, centrarse en el control en zonas seguras, normalmente en la cola del incendio y algunos flancos, y esperar a que las condiciones de meteorología o de combustible hagan que se establezcan frentes estacionarios de comportamiento predecible y con una intensidad que permita trabajar con seguridad. Sólo en estas circunstancias podremos intentar controlar un incendio de estas características. Al igual que en un terremoto todo el mundo asume que debe esperar a que termine el temblor y hay que permanecer atento a las réplicas, debemos concienciarnos que este tipo de incendios no se pueden apagar, al menos mientras que tengan ese comportamiento, y en su caso estar atento a posibles reactivaciones de frentes controlados.


Bomberos forestales escapan milagrosamente tras la aparición de un tornado de fuego (firenado)


Por tanto la incógnita es saber cuándo el fantasma de Hendrix decidirá poner el ampli a la endiablada guitarra del fuego extremo y esperar que acabe se canción, a ser posible en zona segura. Porque Jimi siempre está ahí dentro, en cada uno de los fuegos, latente y esperando ese momento de inspiración. Como magistralmente nos recordó Aitor Ameztegui en su última entrada de Forestalia, en el escenario cambiante que nos espera es como si Jimi Hendrix viviera en todos los incendios hasta arriba de LSD, no se puede decir cuándo va a tocar su canción, pero tenemos la seguridad de que nos va a tocar todo su repertorio.

Bibliografía


Werth, Paul A.; Potter, Brian E.; Alexander, Martin E.; Clements, Craig B.; Cruz, Miguel G.; Finney, Mark A.; Forthofer, Jason M.; Goodrick, Scott L.; Hoffman, Chad; Jolly, W. Matt; McAllister, Sara S.; Ottmar, Roger D.; Parsons, Russell A. 2016. Synthesis of knowledge of extreme fire behavior: volume 2 for fire behavior specialists, researchers, and meteorologists. Gen. Tech. Rep. PNW-GTR-891. Portland, OR: U.S. Department of Agriculture, Forest Service, Pacific Northwest Research Station. 258 p.





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