domingo, 12 de abril de 2020

Respuesta de los predadores al fuego

A los forestales se nos critica, en algunos casos con razón, que en las propuestas que hacemos de gestión forestal no tenemos en cuenta la fauna silvestre. No hay muchos estudios sobre las respuestas al fuego (incendios y quemas prescritas) de los predadores. Recientemente se ha publicado un artículo de revisión que hace un recorrido exhaustivo de la bibliografía existente sobre este tema con resultados que invitan a lo más importante en esta vida: querer saber más.



Hace unos días mi amiguete virtual (no nos conocemos aún en persona) Alberto Navarro @navarro_alb, me pasó un enlace muy interesante en el que la Wildlife Society se hacía eco de que la editorial Wiley ponía en abierto por tiempo limitado una serie de artículos sobre vida salvaje e incendios (entre otros) en conmemoración de los incendios de Australia del año pasado. Todos están geniales, os invito a leerlos mientras estáis a tiempo. Pero me llamó especialmente la atención la revisión que William Geary y colaboradores publicaron el pasado noviembre de 2019 sobre predadores e incendios. Como ellos destacan en la introducción, es un tema poco estudiado. Efectivamente cuando tenemos que dar clases de restauración forestal, en la introducción sobre los efectos de los incendios hablamos de los efectos del fuego sobre la fauna y solemos usar referencias clásicas publicadas en libros de texto pero siempre con explicaciones de concepto más o menos teóricas.


A todos nos sorprendió el descubrimiento hace un par de años de aves australianas que provocaban incendios, supuestamente para cazar. Sin llegar a este extremo es conocido que la presencia de huecos o "parches" provocados por diferentes perturbaciones, entre otras los incendios, genera diferentes hábitats que pueden afectar a la relación predador-presa, favoreciendo a uno, al otro, a ninguno o a ambos. Estas influencias mutuas no son evidentes. Si a ello le unimos que existe competencia entre predadores, dependiendo del ecosistema que estemos hablando, el asunto se puede complicar más.

En esta ambiciosa revisión a nivel mundial los autores no sólo hacen una exhaustiva recopilación bibliográfica desde 1975 sino que, de aquellas referencias que al menos disponían de valores medios y desviaciones estándar, han realizado un meta-análisis, esto es, un modelo teórico basado en los datos extraídos de la bibliografía. El resultado lo resumen un diversos diagramas y gráficos muy ilustrativos. En un primer análisis dividen los artículo según continentes, grupos de especies y biomas. La mayoría de los estudios se han realizado en zonas templadas o de clima semiárido de Norteamérica y Australia y mayoritariamente sobre mamíferos y aves predadoras. Los trabajos más comunes se realizaron después de uno o múltiples eventos puntuales (incendio o quema prescrita) pero apenas hay estudios donde intervenga el efecto de la frecuencia y severidad del fuego, así como muy pocos estudios con efectos de series temporales post-fuego incluyendo una toma de datos a corto plazo (menos de un año).

Continentes, grupos de especies y biomas más estudiados para
hallar respuesta de los predadores al fuego (Geary et al. 2019)

La primera conclusión que obtenemos de esta revisión es el aumento espectacular de estudios desde el año 2000 y lo que es más sorprendente: la poca bibliografía existente en Suramérica, Europa, África y Asia y por tanto es sus biomas más característicos. En la parte que nos toca y salvando las distancias podremos sacar algunas conclusiones, al menos preliminares, de los estudios de clima mediterráneo...¿o tampoco? Veamos.

En el meta-análisis planteado por los autores se genera un modelo de respuesta positiva, negativa o neutra del predador al fuego, teniendo en cuenta también la variabilidad intrínseca de cada dato para ponderarlo adecuadamente en el modelo y que la salida tenga sentido biológico. El resultado es que para la gran mayoría de los predadores no hay un efecto claro del fuego y en alguno de ellos la variabilidad es tan grande entre los estudios analizados que sugieren que dicho efecto es más local que debido a la especie.

Efectos significativos o neutros de la respuesta de predadores al fuego según meta-análisis.
Si la barra cruza el cero implica que no hay un efecto significativo (Geary et al. 2019)

Esto significa que no hay un tendencia general y significativa a encontrar una respuesta de los principales predadores al fuego sino que pesa mucho la zona de estudio. Como caso excepcional encontramos dos especies en las que sí se han detectado tendencias en lo efectos de la mayoría de los estudios: para la culebra constrictor (Coluber constrictor) en Norteamérica que se ha detectado un efecto negativo (menos abundantes tras el fuego) y para el zorro común (Vulpes vulpes) en Australia y Europa que se ha detectado un efecto positivo (más abundantes tras el fuego).

Tras realizar este análisis, la frase que más me ha gustado del artículo es la siguiente:

 "We urge researchers and journals to continue to publish ‘negative’ results of predator–fire studies, even when they do not conform with conventional wisdom"

Esto es una discusión que suele ser frecuente en los autores que hacen meta-análisis ya que siempre les queda la duda de si "son todos los que están", porque es muy frecuente que los trabajos de experimentos no concluyentes o simplemente planteados como una hipótesis negativa (asumimos que no existe efecto en...) no son bien recibidos por las revistas al ser sospechosos de errores experimentales. Sin embargo estas revisiones ponen en evidencia que hay procesos que son difíciles de explicar y que por tanto la publicaciones de experimentos "fallidos" puede ayudar a futuros estudios a mejorar el diseño experimental o buscar nuevos enfoques.

Desde este punto de vista los autores hacen algo interesante que tampoco es muy habitual: dar recomendaciones sobre cómo plantear nuevos diseños teniendo en cuenta variables que han visto poco analizadas en la bibliografía y que potencialmente deberían tener poder explicativo. En lo que respecta a los incendios y las quemas sugieren realizar estudios que tengan en cuenta la severidad del fuego así como la recurrencia y época del año. Si a ello le añadimos la necesidad de hacer estudios de caso "llave en mano", esto es, específicos para cada ecosistema incluso tratándose de la misma especie, el reto está servido, sugiriendo claramente investigaciones multidisciplinares y muy aplicadas ¿algún zoólogo en la sala que se anime? Tenemos un libro casi en blanco. Os esperamos.

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