>>>Opinión
Hace ya bastantes años disfruté con "El principio de Peter" (The Peter Principle. Laurence J. Peter y Raymond Hull. Morrow, NY, 1969), un éxito de ventas de gran mérito teniendo en cuenta que al fin y al cabo es un ensayo de sociología. Desde mi punto de vista, está escrito con un tono coloquial que a más de un joven lector le podría sonar a actual, ya que fue pionero de un estilo muy similar al que utilizamos habitualmente en los blogs de divulgación. La idea es exponer conceptos más o menos elaborados y consecuencia de investigaciones científicas serias pero explicadas de forma sencilla, impactante, simpática y con capacidad de conectar con un gran número de lectores de la más diversa procedencia, formación e intereses. La hipótesis principal denominada "principio de Peter" es que "En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia". Este principio es aplicable fundamentalmente a grandes empresas e instituciones donde el trabajador/a tiene capacidad de ascenso laboral, donde existe "jerarquía". El autor principal y creador del principio, el pedagogo Laurence J. Peter, presenta multitud de ejemplos para demostrar su tesis en el ámbito empresarial pero también es aplicable a la política y, cómo no, a la administración pública.
Esta hipótesis se basa en asumir que la actitud de las personas, ante una oferta de ascenso, es decir siempre que "SÍ". El ascenso se suele ofrecer porque, efectivamente, las personas competentes destacan y ascienden pero, por la misma razón, dejan de ascender cuando el exceso de responsabilidad, carga de trabajo o la falta de cualidades para el nuevo puesto la convierten en incompetente ¿se cumple siempre esta regla? Existen aparentes excepciones pero se demuestra que en realidad son sólo variantes para mantener la "jerarquía". Uno de los principales problemas de la realidad social del principio de Peter es que pone en evidencia a los responsables en dar los ascensos, esto es, la incompetencia del nuevo nombramiento hace incompetente también al jefe ("pero ¿quién a puesto a éste aquí?!!!). Solución: el superior aparta al incompetente a un puesto irrelevante de nueva creación o incluso, ¡oh dioses! ¡lo asciende de nuevo!
Cuando criticamos a "nuestros" políticos por su incompetencia a veces nos olvidamos que posiblemente alguna vez fueron competentes pero...así es la vida, el objetivo de un político es ascender, por tanto más pronto que tarde se declarará incompetente. Entonces ¿cómo escapamos al principio de Peter? Según este razonamiento las cosas terminan funcionando porque en un momento dado siempre hay personas competentes en "proceso de ascenso". La solución está por tanto ahí, ser capaz de decir que "NO" a una oferta de ascenso si tras un análisis de autoconocimiento se considera que uno es competente y por tanto feliz en el puesto que ocupa y que sería incompetente para el puesto ofertado. Esto no implica una actitud conformista, como apuntaría cualquier tertuliano liberal, sino la asunción de tus propias capacidades y la responsabilidad social de mejorar día a día en tu trabajo para mejorar el funcionamiento de tu empresa, la administración o en la política (aunque visto lo visto sea una panacea). Este proceso denominado por el autor "Quita de Peter" es, en la práctica, poco realista, ya que generalmente existen suficientes condicionamientos económicos, de presión laboral, social, familiar y de la estima de tus propias capacidades que hace, de hecho, casi imposible negarse a un ascenso. ¿Qué solución propone nuestro amigo? Pues la "incompetencia creadora", esto es, aparentar ser moderadamente incompetente (ya sea consciente o inconscientemente) para que ¡¡ NO NOS OFREZCAN UN ASCENSO!!!
Laurence J. Peter |
Esta hipótesis se basa en asumir que la actitud de las personas, ante una oferta de ascenso, es decir siempre que "SÍ". El ascenso se suele ofrecer porque, efectivamente, las personas competentes destacan y ascienden pero, por la misma razón, dejan de ascender cuando el exceso de responsabilidad, carga de trabajo o la falta de cualidades para el nuevo puesto la convierten en incompetente ¿se cumple siempre esta regla? Existen aparentes excepciones pero se demuestra que en realidad son sólo variantes para mantener la "jerarquía". Uno de los principales problemas de la realidad social del principio de Peter es que pone en evidencia a los responsables en dar los ascensos, esto es, la incompetencia del nuevo nombramiento hace incompetente también al jefe ("pero ¿quién a puesto a éste aquí?!!!). Solución: el superior aparta al incompetente a un puesto irrelevante de nueva creación o incluso, ¡oh dioses! ¡lo asciende de nuevo!
El 5% de la distribución está en riesgo de exclusión de la jerarquía ("Exfoliación de Peter") |
En el asunto que nos trae aquí ¿quién dirige la I+D? ¿Qué jerarquías existen en el sistema de investigación? ¿Es aplicable el Principio de Peter a la ciencia o mejor dicho a la "jerarquía" de la ciencia? Según describe L.J. Peter en su prólogo, la idea original del principio de incompetencia surgió de una reunión con directores de una sociedad docente de proyectos de investigación en 1960. Atentos a lo que comenta porque no tiene desperdicio:
"Algunos de aquellos hombres tenían habilidades investigadoras, pero no eran suficientes para su promoción a cargos directivos. Otros eran ineptos para las finalidades de la investigación, y, en su desesperación, se limitaban simplemente a repetir una y otra vez los mismos ejercicios estadísticos. Cuando me enteré de su plan de gastar el tiempo y el dinero del contribuyente en el redescubrimiento de la rueda, decidí explicarles sus compromisos, introduciéndolos en el Principio de Peter. Su reacción a mi presentación fue una mezcla de hostilidad e hilaridad. Un joven estadístico del grupo, en su risa convulsa, cayó literalmente de su silla. Luego declararía que su intensa reacción fue causada por mi humorística presentación de unas ideas injuriosas, mientras observaba, sofocado, al director de investigación del distrito"
El sistema científico español se basa en el existencia de unos Organismos Públicos de Investigación, la Agencia CSIC y Universidades. Estos Centros, a los que se le unen algunas fundaciones privadas, están dirigidas, al menos en sus mandos intermedios, por Científicos, Investigadores, Profesores de Universidad y Catedráticos que han demostrado su competencia tras una dura carrera investigadora. Esto podría hacernos pensar que la ciencia se libra del principio de Peter pero El capítulo 3 del ensayo denominado "Excepciones aparentes" nos mostraría que desgraciadamente esto no es así. Leed y disfrutad:
"...para el autómata profesional, está claro que los medios son más importantes que los fines; el papeleo es más importante que la finalidad para la que originariamente fue previsto. Ya no se ve a sí mismo como instrumento al servicio del público: ¡ve al público como la materia prima que sirve para mantenerle a él, a los impresos, a las fórmulas y a la jerarquía! (...) si el superior ha alcanzado su nivel de incompetencia, probablemente evaluará a sus subordinados con arreglo a valores institucionales: Considerará la competencia como el comportamiento que secunda las reglas, rituales y formas del statu quo. La diligencia, la pulcritud, la cortesía con los superiores, el papeleo interno, serán tenidos en gran estima. En resumen, un funcionario de este tipo valora el trámite (...) En tales casos, la consistencia interna es más valorada que el servicio eficiente: ésta es la Inversión de Peter. Un autómata profesional puede ser denominado también un «inverso de Peter». Ha invertido la relación medios-fines"
El sistema I+D+i ¿nos ha convertido en autómatas profesionales o inversos de Peter? Duele decir esto pero me temo que así es (o por lo menos lo intentan). En mi opinión el sistema I+D+i está montado con una jerarquía dirigida por políticos, como administración pública que es, y con mandos que denominaré "intermedios" y que generalmente son investigadores metidos a gestores de la ciencia. Por debajo estamos miles de científicos más o menos "del montón" y algunos/as que destacan por sus descubrimientos, publicaciones e innovaciones de alto impacto que, según la jerarquía podríamos denominar como "gestores y políticos I+D en potencia o en proceso de ascenso". Los científicos somos autómatas profesionales como muchos de nuestros compañeros funcionarios. Porque como dice Peter, en no pocos casos, "hemos confundido los medios con los fines" (las publicaciones con la ciencia) y además pensamos que los contribuyentes deben pagarnos nuestra carrera profesional por el bien de la CIENCIA (y de nuestro Curriculum Vitae). La jerarquía científica se eleva a escala planetaria con el denominado JCR (Journal Citation Report) que se convierte en la vara de medir la calidad científica del INDIVIDUO: número de publicaciones, impacto o ranking de dicha publicación e índice H para "medir" las veces que otros científicos citan nuestros artículos (entre otros índices). Cualquier ilustre colega puede argumentar que dichos índices también evalúan la calidad del trabajo de investigación. Efectivamente esto suele ser así (aunque se podrían dar miles de ejemplos de buenos trabajos publicados en revistas de bajo impacto o incluso fuera del JCR y viceversa) pero lo cierto es que no hay nada más que ver el uso que se les da a estos índices para comprobar que sólo se basan en mantener la jerarquía y en fomentar inversos de Peter: "Somos los novenos del mundo en número de publicaciones" "No puedes acceder a un contrato Ramón y Cajal con menos de 15 publicaciones" "No hablo con nadie que tenga menos de 20 publicaciones" "No tengo amigos pero me da igual porque mi índice H está por las nubes" "Mi modeeeelo, mi tesooooro". A ello debemos añadir que estos rankings y los grandes méritos que hacen falta para acceder a este selecto club, no hacen sino aumentar nuestro ego (ya de por sí inflado, somos los "sabios" de la sociedad) por lo que nos es aún más difícil asumir que podríamos estar cerca de nuestro nivel de incompetencia.
La altísima competitividad para el acceso a la carrera investigadora y posteriormente al acceso a fondos para seguir investigando pone, en mi opinión, en grave riesgo al sistema porque genera inversos de Peter y una legión de autómatas profesionales no puede generar la competencia del sistema. Actualmente estamos los mismos equipos de investigación compitiendo por menos fondos, pero el sistema lo que nos sugiere es tener más y mejores publicaciones para acceder a dichos fondos. Se podría dar la paradoja que habiéndose reducido drásticamente el presupuesto en I+D ¡aumentemos nuestra producción científica! porque en realidad los inversos de Peter hemos aprendido muy bien la lección: si quieren publicaciones se las vamos a dar. Podemos evitar el principio de Peter, tenemos la obligación de intentarlo, para generar un sistema I+D que verdaderamente cumpla una función social y por tanto se sea competente, que es algo muy distinto a ser "competitivo". Para ello debemos de dejar de ser autómatas profesionales y dejarles claro a nuestros gestores de la ciencia y nuestro políticos cuáles creemos que son los medios y cuáles los fines. Y por favor, les pediría a los científicos brillantes que no quieran ascender: sean creativos y eviten que les ofrezcan un ascenso.
Cuando ¡oh capitán mi capitán! le dijo a sus alumnos que rompieran el capítulo de libro de literatura donde se medía la poesía en una gráfica con ejes coordenados estaba diciéndoles: (1) que hay cosas que no se pueden medir, clasificar u ordenar en un ranking (2) que hay que vivir el momento ("carpe diem") con un espíritu crítico, inconformista y cuestionando lo establecido (3) que la creatividad y la innovación no se puede someter a una jerarquía. La I+D debería partir de la certeza que las IDEAS pueden estar en CUALQUIER PARTE y muy probablemente algunas buenas ideas corren el riesgo de ser excluidas de la jerarquía establecida. Tendríamos que reflexionar seriamente sobre si el sistema I+D nos lleva en muchos casos a nuestro nivel de incompetencia profesional (como científicos, gestores o políticos de la ciencia) en lugar de fomentar nuestro potencial, si nos lleva a excluir a investigadores "supercompetentes" por las rigideces burocráticas o presupuestarias, si nos convierte en burócratas de la ciencia y si nos aleja de la sociedad que paga nuestras carreras científicas.
Enlaces relacionados: Sobre postdocs, estancias y demás panderetadas de Dr Litos en Jindetrés
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Creo que has hecho un ensayo muy acertado y lo más importante, te ayuda a reflexionar aun mas.
ResponderEliminarEnhorabuena y por favor sigue escribiendo.
Un saludo
Gracias por tus palabras, me animan a seguir divulgando y escribiendo. Me alegro muchísimo que te haya ayudado a reflexionar, es el objetivo principal de mis entradas de opinión. Gracias de verdad!! Un saludo
ResponderEliminarVa aser verdad: https://www.youtube.com/watch?v=ZM3888aT6wc
ResponderEliminarLo leo cinco años tarde pero sigue siendo actual!!! Muchas gracias
ResponderEliminarGracias! La verdad es que si, pero lo verdaderamente impactante es que L.J. Peter casi 50 años después sigue de plena actualidad ;-) ¡Saludos!
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