martes, 12 de diciembre de 2017

El mito de las plantas que favorecen los incendios (II): propuestas para un futuro cambiante

>>>Debate

Tras el éxito de público de la entrada "El mito de las plantas que favorecen los incendios" me propongo en esta entrada mojarme un poco más y proponer algunas soluciones para que nuestros paisajes sean más resilientes a los incendios y que, de esta manera, sea más fácil aprenden a convivir con ellos y con el necesario uso del fuego (el fuego bueno) en nuestros ecosistemas ¿Te animas a aportar tu visión o debatir y criticar alguna de mis propuestas"

Muestras para ensayos de inflamabilidad de especies mediterráneas
(Laboratorio de incendios forestales, INIA-CIFOR)



Las propuestas científicas de forestales y ecólogos para mejorar la resiliencia al fuego de los ecosistemas son diversas, pero hay bastante consenso en que las masas monoespecíficas de la misma edad (coetáneas) con una gestión poco intensa o nula son altamente susceptibles a los incendios.  Entre estas masas podemos incluir áreas sin gestión correspondientes a repoblaciones protectoras, áreas en regeneración tras incendios (ya sean coníferas o frondosas) y plantaciones de pino y eucalipto abandonadas. Teniendo en cuenta que estas masas en muchas áreas son poco rentables económicamente, siendo una de las razones de su abandono o falta de uso junto con unas deficientes políticas forestales, considero que son las prioritarias para actuar de cara a una adecuada prevención de incendios o, al menos, mejorar su estado para disminuir la severidad en caso de incendios aumentando las posibilidades de regeneración o resistencia de los pies supervivientes. Vayamos por partes:

Las plantaciones

En realidad las grandes extensiones de plantaciones coetáneas no es un escenario típico en España ya que la Cornisa Cantábrica son propiedades de pequeña superficie ¿O no? ¿Está esto cambiando? En otros países como Chile, Bolivia, Uruguay, Brasil, etc., existen grandes plantaciones monoespecíficas y coetáneas de eucalipto, que en la caso de ambientes mediterráneos como el de Chile, se convierten en masas altamente susceptibles a incendios si no están gestionadas de manera muy intensiva ¿Está cambiando nuestro paisaje en mosaico debido a la división de la propiedad y convirtiéndose en un paisaje más continuo?  El problema con las plantaciones de eucalipto y pino negral (piñeiro bravo en Portugal) en España y en Portugal, es el abandono de dichas plantaciones, esto es, la ausencia de una gestión intensiva, que es la selvicultura que se recomienda para estas masas productoras. En zonas de alta productividad del suelo y altas precipitaciones, esto genera el aumento de la biomasa bajo las copas (helechos y tojos que presentan en verano alta inflamabilidad). Si a ello le añadimos que el eucalipto tiene adaptaciones naturales que favorecen su ignición puesto que está adaptado a regenerarse por el fuego, en un ambiente social en el que el fuego es usado con frecuencia para cualquier labor agraria, tenemos el cóctel perfecto para un gran incendio que no teníamos hace 20-40 años. El régimen de incendios observado en los últimos años en Portugal y la Cornisa Cantábrica es por tanto una consecuencia de la ausencia de gestión de las plantaciones, no sólo de las plantaciones en sí mismas ¿Qué propuestas podemos hacer? A la vista de lo comentado anteriormente sólo quedan dos opciones: intensificar o diversificar (o ambas según zonas). Me explico. Es una reivindicación del sector forestal poner en valor el gran potencial productor de nuestras plantaciones atlánticas (al igual que el mundo agrícola reivindica la calidad de la naranja valenciana, el tomate murciano, el vino riojano o el aceite andaluz). Esto implica selvicultura intensiva que haga que las plantaciones produzcan más y mejor de manera sostenible (cosa que no siempre hace la agricultura). Como esta labor implica a infinidad de propietarios volveríamos al paisaje en mosaico con menor peligro de incendios (que no nulo) de hace unos años. Si la sociedad persiste en el abandono rural y de sus actividades selvícolas tendremos un problema a corto plazo difícil de resolver que debería pasar por la diversificación, esto es, que los propietarios con apoyo de la administración tiendan a otros aprovechamientos forestales como los no maderables (castaños) o ir a madera de calidad (robledales, hayedos). Esto tiene un coste en tiempo (lucro cesante hasta que estas masas entren en producción) que probablemente la sociedad tendría que apoyar con fondos públicos. En este escenario de baja intensidad de gestión con mezcla de plantaciones de pinos, eucaliptos, robledadales y castañares, se tendría, quizás, una pequeña oportunidad para evitar la escalada de grandes incendios en la Cornisa Cantábrica. Lo que propongo son posibles soluciones, más o menos utópicas, basadas en los que dice la ciencia del comportamiento del fuego y de la selectividad de los incendios en el paisaje, por tanto se presta a la discusión y al debate.

Fuente
Plantaciones en grandes extensiones (arriba, Chile) frente a pequeñas propiedades (abajo Galicia, España)
 generan diferente paisaje y por tanto diferente vulnerabilidad a los grandes incendios

Las repoblaciones

España hasta hace bien poco, superados por China, hemos sido el país con mayor esfuerzo repoblador del mundo. Todos estamos de acuerdo que ha habido aciertos y errores en las formas de otras épocas y en la elección de especies y procedencias que se hicieron en algunas repoblaciones, pero lo cierto es que disponemos de más de 2 millones de hectáreas de bosques incipientes consecuencia de las repoblaciones efectuadas durante el siglo XX, tanto productoras como protectoras. Alguna de éstas últimas son hoy espléndidos parques naturales como Sierra Espuña en Murcia o Montes de Málaga. Estas repoblaciones han estado sometidas a una fuerte presión por parte de los incendios y, como hemos comentado, son masas muy susceptibles al fuego por su edad y estructura. Los promotores del plan nacional de repoblaciones ya advirtieron de este hecho y de que las repoblaciones deberían ir acompañadas de selvicultura para dosificar paulatinamente la competencia, diversificar edades adelantando en lo posible la regeneración natural y realizar tratamientos preventivos para evitar la propagación de incendios forestales ¿se ha hecho esto? Va a ser que NO. Al menos en la gran mayoría de ellas. Por tanto, algo parecido a lo que comentábamos con las plantaciones, la ausencia de gestión, ha hecho susceptible a muchas repoblaciones que no "les ha dado tiempo" a convertirse en bosque maduro, no les hemos ayudado lo suficiente, para que pudieran ser más resilientes a los incendios. Por eso me da mucha rabia cuando leo en algunos informes y artículos "interesados" que las repoblaciones "favorecen" los incendios, porque una verdad a medias es la peor mentira ¿Qué hacer? ¿Las quitamos todas y las transformamos en "bosques de Quercus"? Podríamos tener la perversa sensación de que ya que los pinos son "malos" pues que se quemen y ya plantaremos encinas después ¿es eso lo que queremos? Lo cierto es que si no hacemos nada es eso lo que podríamos tener en muchas repoblaciones pero ¿le estamos diciendo a la sociedad que es mejor restaurar algo que ya estaba restaurado, aunque sea discutible la elección de especie, para plantar especies autóctonas "resistentes" al fuego? ¿No sería más razonable, barato y genera más empleo de manera continuada a nivel local o comarcal hacer selvicultura en nuestras repoblaciones para diversificarlas en clases de edad, estructura y especies paulatinamente para que sean así menos vulnerables a los incendios? Esta opción es una reivindicación del mundo forestal desde hace décadas que debe venir acompañada de políticas forestales activas (no reactivas como las restauraciones). Diversos grupos de investigación españoles están trabajando sobre la diversificación de repoblaciones y la gestión adaptativa al cambio climático que, en mi opinión, debería tener muy presente el peligro de incendios en las propuestas realizadas. La forma más rápida de diversificar un pinar de repoblación es introducir perturbaciones que activen el sistema, esto es, realizando claras (corta de árboles) para disminuir la densidad de la masas y dar oportunidad a otras especies como el matorral y los Quercus, transformándose a medio plazo en masas mixtas. Confieso que la idea es tentadora y se ha demostrado con éxito en numerosas ocasiones pero en el escenario actual, existe un riesgo muy elevado de persistencia del propio sistema, debido al alto peligro de incendios que supone el aumento de biomasa de matorral bajo copas. Por tanto estas interesantes propuestas para gestión del arbolado deben ir necesariamente acompañadas de una eficaz gestión del matorral (pastoreo, quemas prescritas, desbroces), ya que en caso contrario podríamos aumentar el riesgo incluso con respecto al que tenía antes de la diversificación. Este es el verdadero reto: cómo disminuir la densidad de las masas, ya sea para diversificar o hacer manejo adaptativo a la menor disponibilidad de agua, sin aumentar el peligro de incendios. Espero vuestras propuestas.

Parque Natural de Montes de Málaga, procedente de repoblaciones durante el siglo XX (Fuente)

Las masas "naturales"

En los próximos días el MAPAMA va a publicar un libro con ocasión del 75 aniversario del Plan General de Repoblaciones en España. En el capítulo que nos ha "tocado" sobre las repoblaciones y los incendios, analizamos la base de datos de los último 40 años para describir las tendencias de masas repobladas frente a las "naturales" (lo he entrecomillado por la discusión que genera este término en unos ecosistemas tan antropizados como los Europeos). Para hacer el análisis se han elegido las tres especies de coníferas más usadas en repoblación: Pinus pinaster, P. halepensis y P. nigra. Las masas "naturales" de P .pinaster y P. nigra , se han mostrado, en general, menos afectadas por los incendios y por tanto se pueden considerar más resistentes y resilientes a los incendios que la repobladas ¿por qué? En gran parte debido a que el régimen de incendios de su área de distribución es más parecido al natural, salvo excepciones, y en parte porque la gestión que se ha venido haciendo de estas masas (selvicultura, pastoreo) ha generado estructuras en mosaico con gran cantidad de clases de edad a escala de paisaje y estructuras diferentes que han limitado su propagación. Esto es muy llamativo en Pirineos y Sistema Ibérico donde tenemos la mayor proporción de incendios causados por rayo (aproximadamente el 20%) y donde además tenemos las principales masas naturales de muchas de nuestras coníferas, conclusiones que podrían ser aplicables también a gran parte de nuestras frondosas. Pero esto puede estar cambiando por la llamada paradoja de la extinción, muy conocida por nuestros lectores. Actualmente el rayo ya no es una causa marginal que suele generar pequeños conatos sino que es la causa inmediata de muchos de nuestros megaincendios. Eso implica varias cosas. Que al apagar muy eficazmente todos los conatos un incendio por rayo concreto en condiciones adversas puede provocar incendios incontrolables incluso en masas naturales que teóricamente son más resistentes (paradoja de la extinción+cambio climático). Pero también que la ausencia de gestión en masas naturales esté generando paisajes más homogéneos y continuos (cambio global). De ahí las propuestas de recuperar las áreas agrícolas de montaña, la ganadería extensiva, la selvicultura para biomasa o madera o incluso el aprovechamiento de matorrales ¿Es esto realista? ¿Es consciente la sociedad de que el futuro de nuestros bosques naturales podría depender de si gran parte de la sociedad está dispuesta a volver a vivir en las áreas rurales y vivir de los recursos forestales? En mi opinión si no iniciamos ese camino tendremos más grandes incendios en áreas naturales y empezarán a afectar a especies poco adaptadas al fuego como la mayoría de nuestros pinos de alta y media montaña (pino piñonero, pino laricio, pino silvestre y pino negro) al igual que otras especies sensibles sin adaptaciones al fuego como la sabina. Esto ya ha ocurrido en especies bien adaptadas al fuego como P. halepensis cuyo régimen de incendios en masas naturales y repobladas es bastante parecido, en gran medida porque los grandes incendios que viene sufriendo esta especie en el levante español han generado grandes áreas en regeneración que presenta estructuras muy parecidas (o incluso más peligrosas) a una repoblación joven. El aumento de la frecuencia de grandes incendios compromete incluso la regeneración de esta especie que en muchas áreas no le da tiempo a generar banco aéreo suficiente ¿Qué hacer? De nuevo no se me ocurre otra solución más eficaz que las viejas técnicas adaptadas al siglo XXI: consumir de manera sostenible (con fuego, con pastoreo, con desbroces) para ayudar a la naturaleza a adaptarse a lo cambios y que no sea el gran incendio el que condicione nuestro futuro. De igual manera las estrategias de restauración post-incendio deberían de huir de repoblaciones costosas y con futuro incierto en favor de inversiones a medio y largo plazo para apoyar a la regeneración natural (lo ideal ¡10-20 años después de los incendios!), que por otra parte y en la mayoría de los casos, tenderían a los tan bienvenidos bosques mixtos sin más que una pequeña ayuda selvícola.

El incendio de Riba de Saelices (Guadalajara, España) está transformando la masas "naturales"
de pino negral de Rodenales de Molina en un bosque mixto pino-rebollo
¿lo dejamos de nuevo a su suerte o lo apoyamos con selvicultura?
Quedan infinidad de temas por tratar de esta cuestión debido a la diversidad de ecosistemas y situaciones locales. Os animo a que compartáis vuestro caso más cercano y hagáis vuestras propuestas ¡Es vuestro turno!


14 comentarios:

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  2. Como siempre, muy interesante la entrada!
    Dos apreciaciones desde el NW, donde como bien comentas las plantaciones industriales son mayoría actualmente.
    No creo que el problema radique tanto en la regularidad de las masas como en su continuidad y en la ausencia (o baja intensidad) de gestión. En el NW, dada la fragmentación de la propiedad no se puede hablar de grandes plantaciones coetáneas; yo más bien hablaría de un mosaico de rodales (parcelas de cada propietario) de diferente edad. Sin embargo, en conjunto, estas plantaciones significan continuidad de combustible sin gestionar en grandes superficies. Además, la tendencia en estos paisajes es a la disminución de los espacios agrícolas y ganaderos a costa de nuevas plantaciones. En definitiva, no estoy seguro que este “mosaico de plantaciones” conlleve necesariamente una disminución de la propagación en muchos casos.
    Un comentario menor con respecto al helecho. No creo que se le pueda atribuir una elevada inflamabilidad (al menos en verano), ya que su contenido de humedad es muy elevado en esa época. Tojos (como bien apuntas) + brezos y carqueixa (Genistella tridentata) tendrían una mayor inflamabilidad. Ver Figuras 27 y 28 del libro del libro de Lourizán de combustibles de Galicia (http://www.usc.es/uxfs/IMG/pdf/combustibles_forestales_2aA_ed.pdf).
    Felicidades por el blog!

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    1. Gracias Fernando por tus comentarios!! Nivelazo estamos alcanzado en el DebateIIFF. Efectivamente, empiezan a existir serias dudas de que el paisaje en "mosaico" sea la solución para los incendios extremos (probablemente no exista solución para estos eventos) pero sí parece necesario el mosaico o al menos la presencia de grandes superficies poco combustibles (áreas agrícolas, pastos. áreas en regeneración) en la medida de lo posible para que incendios con un potencial medio o incluso alto no se conviertan en extremos por presencia de combustible y faciliten establecer estrategias de extinción eficaces (por ejemplo es más fácil apoyarse en un cultivo para hacer una quema de ensanche o trabajar con bulldozer para convertirlo en punto estratégico de gestión).
      En cuanto al helecho, efectivamente es reducido el período en el que está disponible para arder y no suele ser en verano, pero en años como éste con sequía hasta bien entrado octubre-noviembre se puede convertir en un combustible muy inflamable (cuando está completamente seco), máxime si además está sobre abundante cama de hojarasca seca, como es la mayoría de los casos.
      Espero verte por aquí con más frecuencia, imprescindibles tus comentarios. Saludos!

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  3. Otro apunte desde el NW.En mi opinión el problema de las plantaciones de eucalipto tiene que ver más con la ordenación del territorio que con la selvicultura. Puesto que su destino principal es producir pasta de papel y es un árbol que rebrota, la única selvicultura posible es una gestión del rebrote mediante una selección de brotes tras la corta. No suele hacerse y tampoco creo que tenga una especial influencia en la propagación del incendio. Por la disposición de sus hojas- que son pesadas y "cuelgan"- deja pasar bastante luz al suelo, que se transforma en un sotobosque de tojo en muchos casos. Es un modelo de combustible bastante continuo y capaz de generar energía para llegar a copas. Sin embargo creo que el problema esta en la falta de planificación del territorio. No hay una normativa que regule la distancia de las plantaciones a caminos, viviendas, nucleos rurales, etc. Esto puede provocar serios problemas de incendios de interfaz rural - forestal y muchas pequeñas carreteras rodeadas de masas de eucalipto que pueden convertise en un problema en caso de incendio. No obstante, la mayor parte de las masas de eucalipto se localizan en la costa, que suele ser "tranquila" en lo que a incendios se refiere. El problema de los incendios en el NW se concentra en las cada vez mas extensas masas de matorral.

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    1. Totalmente de acuerdo Jesús. Como comento en los posts (parte I y II) la plantación de eucalipto de convierte en inflamable porque no se aplica la selvicultura que se recomienda para un manejo intensivo: resalveos, claras y desbroces o quemas bajo arbolado durante TODO el turno de corta (unos 20 años). Como para muchos propietarios su eucaliptar es más un hucha que un ingreso necesario a corto plazo, se deja de intervenir, lo que nos lleva a cultivos mal gestionados. Es más, un eucaliptar bien gestionado puede ser un área poco combustible (modelo 9) e incluso un área "segura" para ubicar en áreas de interfaz ya que es una zona donde ¡se puede empezar a trabajar en extinción! En muchas zonas agrícola está "mal visto" que el propietario tenga abandonada su huerta o su prado, y es motivo de crítica por la comunidad. El desarraigo nos está llevando a que el "superviviente" rural ya no tiene a quién criticar (porque ya no vive allí) y al urbanita heredero ya no le importa cómo está su terreno. Es el síndrome del naufrago que explica tan magistralmemte Juan Picos: "tengo la autoridad moral de hacer lo que quiera y no van a venir ahora unos pijos de ciudad a decirme cómo tengo que cuidar mi terreno"
      El matiz de la ordenación territorial que comentas es básico, el problema es que en el NW se hace difícil su implementación debido al minifundismo y en muchos casos al abandono de las tierras heredadas en manos de propietarios que ya son urbanitas. En estos casos es fundamental la intervención pública que debe incentivar o directamente actuar de oficio porque nos enfrentamos a un problema real de seguridad ciudadana. Si nuestros políticos no quieren ver lo que ha pasado en Portugal o lo que está pasando en California, definitivamente están mirando para otro lado y la Historia los debe poner en su sitio por no asumir esta responsabilidad. Saludos!!

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    2. Coincido en que es un asunto de Ordenación del Territorio, y por tanto una verdadera cuestión de la mas pura Política. ¿Será el problema que los políticos se ocupan de poblaciones y carreteras y descuidan el resto del Territorio? ¿Será un problema de insuficiente o mala gestión económica?

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  4. Saludos y felicitaciones por este buen trabajo de debates acerca de los Incendios Forestales.
    Llevo mas de 25 años de Campañas veraniegas contra el fuego, y he llegado a la conclusión de que cuando no se puede con el enemigo !mas vale aliarse con él! Estoy harto de la "demonización" del fuego. Debemos ir a manejar mas que a combatir los fuegos. Sobre todo fuera de esas fechas negras en que es tan dificil su extinción. Estoy harto de desprecios a las vidas humanas. He perdido a mas de 20 compañeros, amigos y conocidos; y asistido a grandes despropósitos y valentonadas de muy horroroso resultado. Estoy harto, también, de ver el derrroche tremendo de fondos públicos en una lucha, semejante a la Guerra del Vietnam (Por los medios aéreos) y tan perdida como aquella. Reconozco la gran efectividad en apagar numerosos conatos, pero como bien dices, el paradójico resultado de propiciar los grandes y temibles Incendios. Es como el bote acumulado de la primitiva, joderrrrr (Perdón)
    Hay que manejar el territorio. Y hay que hacerlo con la mejor herramienta: el propio fuego! Desde luego, no de la forma mas o menos descuidada y salvaje en que lo hacían los cabreros (Verdaderas "Especies Proteguidas" hoy día) Sino con la debida preparación y elección acertada de las fechas propias de predicción meteorológica favorables. Es una pena, con los medios actuales y con el personal entrenado no atreverse a quemar tantos "sacos de pólvora" abandonados a su suerte desde hace décadas. Pienso que la "demonización" del fuego responde a falsas apreciaciones de tipo ecologista, y a dar una cierta imagen política de falso amor y respeto hacia nuestra Naturaleza. Una actitud equivocada. Una estrategia que no funciona y que debe ser abandonada por inservible. Es hora de cambiar, y además el cambio apremia. Me refiero al calentamiento Global, al deficit hídrico cada año mayor, y al círculo de la degradación y pirofitismo de nuestros Montes, que cada vez parece acelerar mas su marcha. Claro que todo esto será de escaso interés para una población que cada vez mas vive en grandes poblaciones, de espaldas al campo y al Medio Rural.

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    1. Muy de acuerdo con tus comentarios, gracias por tu aportación ¡Saludos!

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  5. Cuando hablas de estrategias post-incendio y hablas de huir de costosas repobleciones a que te refieres exactamente y cual seria la alternativa adecuada? Buenisimos los articulos del blog, por cierto. Enhorabuena por el trabajo divulgativo tan interesante que haces

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    1. Muchas gracias por tus palabras. Respondiendo a tu pregunta lo que solemos proponer es básicamente selvicultura de apoyo al regenerado. Me explico. El monte Mediterráneo ha demostrado su potencial de regeneración tras incendios y sólo en áreas muy concretas serían necesarias repoblaciones urgentes que son muy costosas y de futuro incierto. En nuestra opinión es más razonable invertir a corto plazo en tareas de estabilización del suelo y reducción del potencial erosivo y a medio plazo en realizar tratamientos selvícolas para dosificar la competencia, favoreciendo a las especies objetivo. Tenemos muchos incendios documentados en los que la masa se ha "matorralizado" no porque no haya existido regeneración de arbolado sino porque no se le ha ayudado a medio plazo en un ambiente en el que los matorrales en general y las rebrotadoras en particular (ya sean árboles o arbustos) son especies más competitivas. De igual manera, los Quercus matorralizados necesitan una dosificación de la competencia de los rebrotes una vez que se han diferenciado los 2-3 rebrotes principales, de forma que acortemos significativamente el tiempo necesario para que los ejemplares sean árboles de nuevo. En áreas con regeneración muy abundante de pinar recomendamos los clareos tempranos e intensos (a los 5-10 años del incendio) que son baratos y los pies responden muy bien a la dosificación de competencia incluso con intensidades de clareo muy fuerte si la calidad de estación es buena. Todos estas medidas que "aceleran" la formación del bosque no son caprichosas en el contexto actual de cambio global en el que la incidencia de incendios será más frecuente y severa ya que debemos ayudar a las masas a entrar en capacidad reproductiva (de rebrote o de semilla) lo antes posible, lo que implica que los nuevos árboles alcancen lo antes posible su madurez o,al menos, una capacidad de regeneración suficiente tras nuevos incendios.
      Espero haberte respondido, para más detalles no dudes en consultar o pedir bibliografía la respecto

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    2. Parece que la silvicultura es una tecnica completamente olvidada pues.Me surge la duda de si diferentes soluciones no deberian de ser ensayadas, para ver cual se adapta mejor a la especie, zona y situacion especificas, para determinar cual funciona mejor. Sabes si esto se plantea alguna vez? Si pudieras recomendar bibliografia seria estupendo. Gracias una vez mas

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    3. La selvicultura está olvidada por nuestros políticos pero no por la ciencia y la tecnología forestal, que la tenemos mu presente. En España hay un gran cuerpo de doctrina sobre los tratamientos selvícolas a aplicar para las principales especies forestales. Evidentemente se puede mejorar mucho y por eso nuestros compañeros que trabajan en investigación selvícola siguen proponiendo nuevos sistemas o mejoras a los existentes. Te recomiendo consultar las cuentas @selvicultura y @rafaelserrada1 que son referentes de la selvicultura en España. También te invito a que consultes el buscador de publicaciones de la Sociedad Española de Ciencias Forestales (secforestales.org) donde podrás conseguir abundante información en español. Saludos y gracias por tu interés.

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  6. Un pequeño inciso sin haber leído totalmente el artículo.
    Soy propietario forestal, tengo eucaliptos en Valdoviño, desde pequeño ayudé a mis padres con ellos.
    En tu artículo dices de los incendios forestales de ahora, pero, que yo recuerde, incendios forestales los hubo siempre; lo que sucedía era que no trascendían y en muchos casos se dejaban arder hasta que se apagaban por si mismos.
    Y de hecho antiguamente, había un sistema de trabajo en los montes que nunca he llegado a entender , que se llamaba "cavar na roza" donde se quemaba la superficie del terreno para generar abono para las tierras, con el resultado que el verano era un incendio forestal contínuo.
    Eso sí, la gente antes desbrozaba mas que ahora, además se usaban mucho los restos vegetales para camas para el ganado.
    Ahora la gente tiende a ir al monte solo a mirar si hay madera para vender.
    Un saludo. Felicidades por la página.

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    1. Gracias por el comentario. Cuando digo los incendios forestales de ahora me refiero a que, precisamente por las causas que comentas, ahora son más severos y peligrosos que antes (más matorral bajo arbolado, ausencia de agricultura y ganadería en el entorno de plantaciones). El uso tradicional del fuego es fundamental recuperarlo pero de manera planificada y supervisado por especialistas, ahora más que nunca, por la misma razón: un escape en una quema tradicional es mucho más probable que se convierta en un incendio que hace 50 años. La responsabilidad en este tema es compartida administración-propietario: por un lado la administración tendría que saber atender a los miles de permisos de quema que no sabe (o no puede por falta de medios) gestionar. Por otro lado los propietarios que a pesar de no tener permiso deciden usar fuego deben ser conscientes que los escapes generan un peligro de incendio tan grande actualmente que se comvierten en un problema de protección civil. Difícil situación que debemos resolver entre todos si no queremos "quemarnos" por el camino. Saludos.

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